488 páginas
19,90 €
Ebook: 9,99 €
Argumento:
Tras recuperarse del coma en el que permanecía tras un
accidente de tráfico, Casandra empieza a sufrir extrañas visiones.
Comentario:
Fulgor es una de esas novelas en las que
nada destaca de forma especial, pese a los intentos de enganchar por distintos
medios, desde la persecución y asesinatos con los que comienza, descritos con
una minuciosidad que puede agradar a quienes les gusten este tipo de detalles
(hay más escenas similares, aunque la mayor parte de la obra transcurre por
cauces menos truculentos, lo cual puede decepcionar a cierto tipo de lectores),
hasta los avisos tipo «No sabía que acababa de abrir la puerta a algo muchísimo
más aterrador» o los largos capítulos en los que parece que Casandra está a
punto de ser descubierta haciendo algo inconveniente (la charla con Logan en El
Trastero o la incursión en los grandes almacenes), aunque la intriga es más
acerca de cómo logrará salir del paso que si logrará hacerlo (es evidente que
sí cuando queda tanto para acabar la novela).
Quizá la característica que mejor define esta
novela sea su previsibilidad: sigue los cauces habituales del género, incluidas
ciertas «sorpresas» que no lo son tanto, las mencionadas escenas de violencia
explícita, largas secuencias de «acción» y poco más.
Fulgor tampoco destaca por unos personajes
que, a excepción de Casandra, Logan y, en menor grado, Daniel, son meros
comparsas al servicio de la narración. Incluso la protagonista y el dilema con
el que se publicita la novela («En Fulgor Manel
Loureiro plantea un apasionante reto al lector: ¿Hasta dónde estarías dispuesto
a llegar para salvar a los tuyos? ¿Qué sacrificarías de verdad? ¿Dónde están
tus límites?») son convencionales.
Ella actúa como haría cualquier protagonista, y las trabas morales que se
plantea en algún momento las solventa con rapidez y decisión, sin atormentarse
demasiado.
En lo formal no hay grandes alardes: redacción lineal durante
casi toda la novela, uso de términos habituales para describir los momentos más
dramáticos, con preferencia por palabras como extraño o imposible («... Roberto entraba haciendo una contorsión
imposible», «… se abombó durante un segundo de una manera imposible», « Su hijo
señaló una pila de libros imposiblemente grande…», o el ya clásico ángulo
imposible: « Por debajo de la sábana asomaba la bota de un hombre retorcida en
un ángulo imposible») cuando si ocurre es posible, e incluso hay alguna ocasión
donde se emplea un término más adecuado (…«con el cuello torcido en una
posición antinatural…»).
Por cierto, es curioso que Casandra se sorprenda cuando
cierto personaje resulta no ser lo que creía, dado que está presente en una
escena anterior, en la que ella puede ver el aura de quienes la rodean…
En resumen, Fulgor es una novela de género
(thriller/fantasía/terror) muy similar a cualquier otra, con una factura
correcta, entretenida, deudora de la obra de Stephen King, que se diría escrita
para gustar a un público anglosajón.
***T***
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