lunes, 29 de diciembre de 2008

Día de perros, de David Jasso

 Día de Perros
 David Jasso
Editorial Hegemón
267 páginas

 
Argumento:
 
Unos chicos aburridos raptan el perro de una pareja sin ningún motivo, aunque posteriormente se les ocurre pedir un rescate por el animal. La travesura tendrá consecuencias desastrosas...


Comentario:

Se trata de la segunda novela de David Jasso que leo, y puedo decir que, con respecto a La Silla (también reseñada en este blog), se aprecia un grandísimo salto cualitativo, no solo a nivel de redacción sino también en cuanto a estructura, ambición, mensaje y sobre todo de emotividad y empatía con el lector.

A diferencia de La Silla, donde nos enfrentábamos a un relato claustrofóbico, de terror psicológico, con ribetes gore (que personalmente a mí no me gustan mucho), Día de perros podría considerarse una historia casi costumbrista, ambientada en un futuro tan próximo que nos resulta familiar (el mensaje es atemporal, de todas formas).

El autor cuenta lo que parece un relato trivial a través del multiperspectivismo, es decir, por un lado tenemos un narrador en primera persona, un joven normal y corriente, tal y como se nos describe en la novela, cuya única preocupación es un amor contrariado, un joven como puede ser cualquiera, ni bueno ni malo, que nos anticipa desde el primer capítulo (flashforward) el final trágico de la novela, siendo el resto un largo flashback que se inicia con el rapto del perro y  culmina con un hecho luctuoso, y una posterior explicación, inquietante, de cómo este hecho marca al joven y lo lleva por caminos "inesperados". Por otro lado, se intercalan la narración en tercera persona que sigue a la pareja dueña del perro robado, y algunos informes y atestados de sucesos acontecidos a lo largo del relato.

La parte en tercera persona me ha gustado mucho más, ya que la prosa está más pulida y es más directa; en la parte narrada por el joven hay ciertas repeticiones y redundancias (sobre todo en el primer capítulo), pero está lograda su forma de expresarse (referencias a la cultura pop, películas, lenguaje juvenil, etc) y la descripción de la mentalidad de cierto tipo de chicos de hoy en día, de vidas aburridas, tecnológicas (messenger, ipods, etc), siempre ansiosos de dinero para satisfacer sus necesidades, y con poca tolerancia a la frustración. El personaje parece una buena persona (quizás marcado por el divorcio de sus padres y la falta de cariño, que tratan de solventar con regalos caros), lo cual hace más inexplicable y chocante la tragedia. A lo largo de la historia se cuestiona lo que hace su amigo Miguel, en apariencia más "lanzado" y con menos escrúpulos morales. En general, la pandilla no es un grupo especialmente malvado. Y sus actos no dejan de ser "una travesura", algo no premeditado, pero cuyas consecuencias no alcanzan a adivinar ni a comprender (deriva en lo delictivo).

El relato está muy ajustado, prácticamente no sobra nada; la acción es constante, tanto siguiendo a la pandilla como a la pareja, y se mantiene la intriga pese a conocer en parte el final, al que se llega como si de una tragedia griega se tratara, a consecuencia de una "serie de catastóficas desdichas", por decirlo de algún modo, una acumulación de mala suerte que estalla y se ceba en los inocentes, en una escena increíblemente cinematográfica en un telecabina, donde confluyen las diferentes acciones paralelas. Podríamos decir que el Destino y su inexorabilidad son dos personajes más de la novela.

Creo que Jasso ha logrado algo que es muy difícil en la novela: que el lector sufra con las vicisitudes de los protas y tema el final, que se le augura bastante oscuro, y aún así espere que no suceda lo que está pensando desde el principio. Es decir, logra que empaticemos con los protagonistas. Y lo ha logrado sin recurrir a la sangre, las vísceras y los detalles repulsivos, simplemente apelando a emociones y sentimientos humanos.

Mención especial haré de esa pareja tan peculiar y entrañable de Jorge y Cristina (una mujer con problemas de obesidad mórbida que al no poder tener hijos ha volcado todo su amor en el perro). Me ha llamado la atención el cariño que muestra el autor, y que transmite en las páginas de su novela, hacia este personaje femenino, muy raro de encontrar en la novelística actual, donde todo son chicas guapas, jóvenes y esbeltas. Se describen sus problemas cotidianos (pasar los tornos del metro, la agonía de subir el bordillo de una acera, o una escalera, etc) sin asomo de condescendencia. Me ha gustado mucho el tratamiento que le ha dado el autor, y realmente he sufrido mucho con su sufrimiento. Hacía mucho que no me pasaba eso con una novela.

También me ha gustado la ambigüedad moral de algunos de los personajes, como el Morlock, que pese a sus buenas intenciones, también tiene deslices mezquinos (relacionados con el dinero, nuevamente)

En resumen, una historia que nos cuenta como hechos terribles pueden ser provocados por gente buena o no mala, y de un modo trivial. De un juego de niños puede surgir un monstruo,  cualquiera de nosotros puede ser esos "niños". Y el Destino, encima, ayuda.

Trailer de la novela



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La edad secreta, de Eugenia Rico

 La edad secreta
Eugenia Rico
Espasa. Madrid, 2004.
231 páginas

 

Argumento:

Una mujer madura recibe un diagnóstico de cáncer. Pero cuando cree que se va a morir, le dicen que es un error. Ella sin embargo, decide dar un giro a su vida. Toma el coche y se larga sin destino concreto. En una gasolinera se encuentra con un joven al que lleva consigo. Se enamora de él, pero el chico busca una ciudad imaginaria llamada Nauchipán, sobre la que ha inventado una rocambolesca historia...


Comentario:

No puede decirse que esta novela esté mal escrita, que no lo está, al menos desde el punto de vista de la prosa. La autora usa un tono a veces aforístico, sentencioso, poético, reflexivo, que no resulta demasiado molesto para quien esté habituado a este estilo liteario. Lo realmente molesto es que la novela no trata de nada. Leyendo el argumento podría parecer que sí, pero la forma en que ella la cuenta para mi gusto es totalmente errónea.

En primer lugar, aunque sabemos que esas cosas pasan, lo del diagnóstico erróneo de una enfermedad mortal suena demasiado "peliculero", o "novelesco", y parece demasiado forzado como disparador de la improbable aventura de la protagonista. En segundo lugar, y como si eso no fuera bastante para elevar la ceja con escepticismo, tenemos el personaje del chico que busca la ciudad de los Neandertales, unos seres inmortales que viven bajo tierra, lejos de nuestra civilización, y a la cual se accede a través de ciertas puertas señaladas en un mapa (que también arrastra una retorcida historia, faltaría más). La autora no explica nada sobre el joven, si es que está loco o qué. Parece muy difícil de creer que un chico de nuestro tiempo crea en tales fantasías, así que una de dos, o miente o está chiflado... o Eugenia Rico usa ese pretexto como un recurso simbólico. Me decanto por lo primero y lo último. Al final del libro parece que él, aun manteniendo la ambigüedad, insinúa que tal vez cuente eso para "llamar la atención" o "impresionar".

Pero en esta novela todo es inconcreto, abstracto, simbólico. Más que una novela parece un diario donde la protagonista va contando sus reflexiones sobre todo tipo de cosas. Bueno, habla de su matrimonio, de su trabajo como funcionaria de Hacienda, de la vida, de la muerte... pero sobre todo del amor, del sexo y de la edad, haciendo alusión al título de la obra. Pero ni siquiera estas reflexiones resultan novedosas. Más bien son tópicas, lo del marido con la amante veinte años más joven (y para más inri, secretaria del susodicho), el temor de ella a que el chico (su amante ocasional) descubra su edad madura, etc. Esa obsesión por los años es el leit motiv de toda la novela, hasta resultar algo machacón.

Es una novela que produce mucha frustración en su lectura, ya que esperas siempre algo que no llega. La autora no dramatiza las situaciones, las cuenta, sin diálogos, sin detalles, despojadas de todo sentido de lo real, regodeándose en la calidad de su prosa y en lo supuestamente interesante de sus ideas.

Así pues hay una historia de amor que no se ve, un viaje en coche que solo se atisba, y que más bien parece un viaje mental, un accidente de coche sin significado dramático, y unos recuerdos y pensamientos de la protagonista, mezclados a veces con los de él que no aclaran mucho de su decisión de dejarlo todo atrás. También menciones a la ciudad de Nauchipán, a la forma de ser de sus habitantes y sus costumbre, que recuerda a la obra de Calvino ("Las ciudades imaginarias"), y cómo no, ejemplos del amor entre mujeres maduras y hombres más jóvenes como R. L. Stevenson y Fanny Osborne... Ya digo, es como un cuaderno de bitácora (o una fábula) más que una narración bien trabada. Carece de emoción y no implica al lector en la trama, que no hay.

Además, para hacer bulto, la autora utiliza el truco de "Seda", de llenar capítulos con un solo párrafo, generalmente sentencioso, con ínfulas líricas. Eso implica que se lee muy rápidamente.

Insatisfactoria y aburrida.

Fue finalista del premio Primavera de Novela en el año 2004.

Algunos fragmentos (son capítulos enteros cada uno de ellos):
Dicen que en Nauchipán sólo mueren los que creen que son mortales. Todos nacemos inmortales, cuentan. Morimos porque creemos que vamos a morir.
Parece fácil ser inmortal, pero incluso la mayoría de los hombres de Nauchipán carecen de la fe necesaria. Empezamos a ver a la gente que muere a nuestro alrededor. Y acabamos por dudar, por creer que quizá nosotros también moriremos y en el momento en que lo creemos por vez primera empezamos a morir, y con nuestra muerte sembramo la duda en el corazón de otro que había nacido inmortal como nosotros.
Y la duda acaba matándole.
Y habrá Bancos de Tiempo, los que tengan tiempo de sobra lo meterán en un banco y otros podrán tomarlo prestado. Habrá gente que venderá su tiempo, como hoy los pobres venden su sangre.
Y habrá ladrones que robarán el tiempo de los demás y lo venderán en el mercado negro.
Gente que empeñará su tiempo para pagarse vicios que no merecen la pena.
Y otros que ahorrarán tanto tiempo que no les quedadrá vida para gastarlo.
Claro que el tiempo de todos no valdrá lo mismo, será muy difícil hacerse con tiempo de calidad, porque los que tienen tiempo exquisito son los que lo guardan para sí mismos y no lo cambian por nada.
En esos días la gente de Nauchipán podría hacerse rico si sólo saliera al mundo y vendiera su tiempo.

Esa noche acampamos en un bosque de pinos. Las agujas atraviesan la piel de la tienda.
Huelo a verde.
Hacemos una hoguera en el linde del bosque. Yo tengo miedo a que todo se incendie. Nunca he hecho una hoguera en el bosque. Las mejillas nos arden al calor de las llamas como si ya hubiéramos bebido vino. Miramos al fuego y el fuego nos emborracha. Es como el mar. Se puede ver todo en el fuego.
Alimentamos al fuego como a un dios, pero es un dios insaciable. A medida que el fuego se va apagando nosotros nos vamos encendiendo.
Nunca había pasado una noche con un hombre a la luz del fuego.
Qué triste hubiera sido haber muerto sin llegar a probarlo.

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domingo, 14 de diciembre de 2008

El secreto de los Assassini, de Mario Escobar


El secreto de los Assassini
Mario Escobar Golderos
Ed. Factoría de Ideas
346 páginas


Argumento:

Una princesa huida de un harén pide ayuda a Hércules Guzmán Fox, Lincoln y Alicia Mantorella, que se encuentran de vacaciones en Estambul, en su viaje a lo más profundo del desierto en busca de un tesoro trascendental y misterioso, con toques esotéricos. Mientras tanto, en Europa, las naciones se destrozan en la Gran Guerra, ajenas a los manejos de la peligrosa secta de los Assassini, que también está interesada en el Tesoro y en cosas peores.

Comentario:

La tercera aventura de la pareja Lincoln-Hércules Fox (acompañados en esta ocasión, como en El Mesias Ario por Alicia Mantorella) se inicia con un prólogo lleno de acción que nos introduce de lleno en la aventura, dejando caer algunas gotas de misterio para lograr la pertinente intriga. Tras el prólogo, la acción continúa en el exótico decorado de la Iglesia de San Sergio, en Estambul, en el año 1914, donde al elemento misterioso se une la insinuación de una incursión en lo fantástico, que luego se desarrolla. Así pues, ya solo leyendo estos dos primeros capítulos podemos intuir cómo va a ser la tónica general de la novela: acción a raudales para contar la historia de un viaje por tierras de Oriente en busca de un fabuloso tesoro (cuyo valor no es material).

Como en las otras novelas, Mario Escobar sacrifica un poco el tema intimista y el desarrollo de las personalidades de los personajes a favor de la aventura, siempre salpicada por extensas notas históricas que nos permiten situarnos en un contexto más amplio que el de la peripecia argumental propiamente dicha. Como historiador, Mario nos ofrece el panorama de inicios de la I Guerra Mundial, a través de las intervenciones de varios personajes que los protagonistas se van encontrando en su  viaje, con el rigor y eficiencia que le da su formación profesional. Una vez más, nos vuelve a acercar a unos hechos que si bien no son tan desconocidos como los que tocaba en sus anteriores novelas, sí que se pueden considerar poco explotados en el marco de las novelas de género, como es el del exterminio del pueblo armenio por parte de los turcos, la existencia de las escrituras Lineal A y B,  o el reino de Meroe.

Vuelven también a aparecer personajes históricos reales que se relacionan con los novelescos, algo que resuelve bien en el caso de Churchill (al cual los protagonistas ya conocían desde Conspiración Maine) o no tan bien, a mi modo de ver, en el caso de Nikos Kazantzakis, a quien se le atribuyen arbitrariamente unos conocimientos de escrituras antiguas de los que carecía (según nota del propio autor, al final), y cuya inclusión en el elenco no se entiende mucho (su rol podría haberlo realizado un personaje ficticio, sin que la novela se resintiera). Entre las figuras históricas me ha gustado sobre todo Ataturk. El autor huye del maniqueismo y de la tentación de retratar buenos y malos, dejando ver las disensiones internas del gobierno turco en el tema armenio. Es curioso que también en el asunto espinoso del derecho de los pueblos a la autodeterminación Mario Escobar mantiene, a través de sus personajes, una actitud objetiva (Lincoln pregunta a algún rebelde armenio si merece la pena la insurrección, si no están bien en un marco multicultural como el Imperio Otomano, etc) Y digo que es curioso porque normalmente los autores suelen optar por la visión "romántica" del "luchador de la libertad".

Aunque como mencionaba anteriormente el autor no se para mucho en el desarrollo de los personajes, que quedan caracterizados  por unos cuantos rasgos (Lincoln es un creyente que siempre lee la Biblia; Hércules es un tipo racional y lógico, sin creencias sobrenaturales, más lanzado que su amigo, etc), estos que resultan visibles y distinguibles. Destacable es que por fin Alicia se muestra con fuerza. El autor aprovecha los diálogos con la otra mujer, la misteriosa Yamile, proveniente de otra cultura, para hacer ver las ideas avanzadas y feministas de Alicia, que se define casi como una solterona independiente y enamorada (dice que tiene más de treinta años y que es dudoso que se case), que parece tomar la iniciativa con el tímido Lincoln, un poco inseguro en lo que respecta a su relación con ella debido a su color de piel (es afroamericano). El autor, como su personaje, se muestra algo pudoroso al mostrarnos los sentimientos de ambos, cuyo amor se pone de manifiesto en la escena del beso y poco más. Claro que en aquella época tal vez la gente se reprimiera mucho  más que ahora. Sin embargo, hay algunos comportamientos de los personajes que están poco justificados, como las razones de Hércules al final de la novela para ir a cierto lugar, o por qué ayudan a Yamile sin conocerla de nada, etc, etc.

Algo que me ha llamado la atención, en relación con el resto de novelas de la serie, es la irrupción de ese elemento fantástico que mencionaba al principio, y que el propio autor deja caer ya en el primer capítulo, con la insinuación de que esa mujer exótica con la que tratan los aventureros y que se muestra tan joven y guapa, podría tener más edad de la que aparenta... No he podido evitar recordar a las viejas novelas del XIX, en especial a "Ella" de Rider Haggard en este punto. De hecho, toda la novela recuerda a los clásicos de aventuras, con viajes en camello por el desierto, ruinas de viejas civilizaciones, ataques de hombres armados, escaramuzas,  valles solitarios cargados de leyendas, castillo poblados por enigmáticos villanos que drogan a sus sicarios...

Otro detalle es que pese a que la obra está rigurosamente documentada, el autor se permite fantasear (basandose en datos reales). Eso es algo que yo siempre valoro porque en el fondo una novela es una ficción, y no un ensayo. En esta ocasión, se toma el hecho real del exterminio armenio y el de la existencia de la secta de los Assassini y ciertas ideas mesíanicas (o mejor dicho referidas a la figura equivalente del Islam, El Mahdi) para construir una trama conspiratoria original y que puede sorprender por sus implicaciones y repercusiones incluso en la actualidad.

La prosa es sencilla y fácil de leer, aunque considero que el autor abusa de las conjunciones copulativas para unir frases. Entre las cosas que menos me han gustado, o que me parecen innecesarias, está lo de meter flashbacks o historias del pasado relacionadas con la joya, que creo que no aportan gran cosa, ya que todo lo importante nos lo cuentan los personajes del presente. Lo bueno es que tampoco ocupan mucho espacio en la obra.

En resumen, una novela para amantes de las aventuras con un trasfondo histórico riguroso y su dosis de fantasía. Y una buena ocasión para recordar que la historia a veces se repite, sobre todo en lo malo...

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lunes, 8 de diciembre de 2008

El Mapa del Tiempo, de Félix J. Palma


PREMIO ATENEO DE NOVELA 2008
El Mapa del Tiempo
Felix J. Palma
Editorial Algaida
628 páginas


Argumento:

Londres, 1896. La empresa de viajes Temporales Murray ofrece al público la posibilidad de viajar al año 2000. Solo el escritor Wells, autor de La máquina del Tiempo, duda de la posibilidad real de tal hecho. Pero el joven y enamorado Harrington, desea viajar al pasado para evitar un crimen, mientras la inadaptada Claire sueña por su parte con el futuro y un amor romántico.

Comentario:

El Mapa del Tiempo es una novela que mezcla varios subgéneros literarios con gran acierto, de una forma fluida. Ese mismo eclecticismo permite hablar de ella como obra de aventuras, de misterio, ciencia ficción, fantasía, romántica, histórica incluso, tomando como guía los cánones del folletín decimonónico.

Lo primero que destaca nada más abrirla, ya en la primera página, es lo bien redactada que está. Esto que debería ser la norma, se convierte en algo a reseñar en los tiempos que corren donde se observa cierto descuido por parte de muchos autores en los elementos formales de la escritura. Palma conjuga de un modo magistral una prosa literaria, de frases elaboradas y de una gran calidad, con una historia muy interesante y ciertamente ambiciosa en sus pretensiones. Nos deslumbra haciendo una especie de compendio de todos los iconos literarios e históricos del XIX: Wells, Verne, la fe ciega en el progreso de la ciencia y en las maravillas que vendrían, Jack el Destripador, Stoker, El hombre elefante, El Hombre Invisible, la máquina del tiempo del propio Wells. La ambientación es extraordinaria, y además, está introducida con muy buen tino, aprovechando las circunstancias que la propia trama provoca. También me ha gustado que no nos lo explica todo como si se dirigiera a una persona del siglo XXI. Palma  nos hace creer que estamos en el siglo XIX y da la información y el punto de vista que tendrían gentes de esa época. Huye del didactismo en el apartado histórico, lo cual demuestra que es un autor con recursos que busca un resultado artístico por encima de todo. Como diría él, el bestseller no tiene por qué estar reñido con la calidad literaria.

La obra está dividida en tres partes que narran diferentes historias, pero unidas entre sí por el tema de fondo, el estilo, algunos personajes que en una parte son secundarios y en otras protagonistas, y sobre todo por la figura de H.G. Wells, famoso novelista de anticipación de la época. Esta estructura, quizás deudora del pasado como cuentista del autor, nos permite profundizar en la peripecia de esos personajes de un modo más intenso, aunque quizás diluye un poco (solo un poco) el interés en la trama general.

En la primera parte, un personaje se dispone a suicidarse, impulsado por la terrible pérdida de su amada, la tristemente célebre Mary Kelly (aquí llamada Marie Kelly), que como se recordará, fue una de las víctimas de Jack el Destripador.

Tras la presentación del conflicto del personaje, se realiza un flashback que nos traslada a 1888, fecha del fatídico suceso (y por ende, de los crímenes de Jack), en el cual el autor nos narra cómo se enamoró el joven suicida de la prostituta, con ese amor tan idealizado y a la vez apasionado que vemos en los folletines del XIX. Incluso la forma de conocer a Marie (a través de un retrato) resulta increíblemente literaria. También lo es la relación entre el joven y su primo, que recuerda y mucho a las intensas amistades entre hombres que se suelen describir en las novelas de la época. Se nota que Palma es una persona muy leída y que se ha documentado a conciencia, no solo en los datos, sino también en lo que respecta al espíritu del siglo, cosa que es mucho más difícil. En esta novela realmente ves el XIX, sientes que pudo ser así, o al menos que es bastante verosímil y similar a la mentalidad de aquellos tiempos, esa ingenuidad (una cuestión muy importante para entender el resto de las peripecias y sus implicaciones, su verosimilitud), esa fe en el progreso...

La primera historia se resuelve con la intervención de dos elementos que tendrán su relevancia y su propia historia a lo largo del resto de la novela: la empresa de viajes en el tiempo Murray y el autor Wells, ambos relacionados también entre sí. Y es que esta novela posee una complejidad estructural y argumental por encima de la media. Cada detalle es importante, y puede volver a surgir en otro punto, con una nueva interpretación.

La historia de cómo surgió la empresa de viajes en el tiempo, con el descubrimiento en África de un "agujero" espacio-temporal por parte de unos exploradores, es homenaje a las novelas de aventuras coloniales y de viajes y exploración. Personalmente, me recordó un poco a "Pandora en el Congo", novela de Piñol, que también es homenaje a ese tipo de aventuras. A pesar de su cariz fantástico, encaja en la obra, pues al ser narración de un personaje podemos presumir que quizás no dice toda la verdad. Sobre este punto hay que agradecer al autor que no juegue con cartas marcadas. No trata de engañar al lector en ningún momento, y por eso es fácil deducir que no todo lo que se narra es real (como cierta representación que realiza Wells para hacer un favor a alguien que le pide ayuda).

La segunda historia desgrana la relación amorosa entre una mujer del siglo XIX y un hombre del año 2000, cuyo trasfondo el lector conoce, pero no así el personaje femenino de Claire, chica inconformista que no quiere casarse con quien le impongan sino con alguien que sea su gran amor. Durante un viaje organizado por la empresa Murray al año 2000 conoce al capitán Derek Shakelton, líder de los humanos en lucha con un ejército de máquinas. Al dejarse olvidado su paraguas en el futuro, Derek regresa al pasado y se lo devuelve, aprovechando para sacar cierto "beneficio" de la joven. Esta curiosa historia requiere de cierta abstracción mental para comprender el tiempo cíclico en el que están atrapados los amantes, que se mandan cartas "a través del tiempo" dejándolas en lugares prefijados. Aquí una vez más, se pone de manifiesto el amor idealizado en contraposición con el puro deseo carnal (el del hombre del año 2000), y también cómo en el fondo el amor puede ser un juego de apariencias y mentiras, por mucha palabrería romántica que haga derramar. Wells también interviene en esta aventura de un modo crucial. Como en las otras partes, el autor aprovecha para desarrollar facetas de la personalidad del escritor y contarnos un poco su biografía y su relación con las mujeres. El amor de Claire y el capitán Derek influye en la vida de Wells y en sus sentimientos.

En la tercera historia, el autor se desmarca del tono realista del resto de la obra con una salida fantástica o de ciencia ficción, que quizás descoloca un poco al principio. Para mí es la parte más complicada de entender, con la historia de un viajero en el tiempo (en realidad de varios) que mezcla universos alternativos y conceptos algo arduos, aunque bien explicados, y una trama algo rebuscadilla pero interesante, y donde Wells ya se convierte en el protagonista absoluto, llegando incluso a desdoblarse en un viaje a través del tiempo, donde vuelve a jugarse otra vez con el tema de la comunicación entre personas que están en diferentes épocas, y de cómo eso puede o no influir en el futuro (o el pasado). Quizás como punto menos positivo se podría señalar que  hay algunas situaciones en la novela que se repiten (esta es una de ellas, pero también el hecho de que los personajes masculinos se enamoran al instante de las féminas y alguna otra similitud en las historias de amor)

En esta novela el aspecto formal se relaciona íntimamente con lo que se narra, hasta tal punto que uno modifica el otro. El narrador en tercera persona, omnisciente, y que se jacta de ello, es un personaje más de la novela, que nos va contando la historia como si fuera un cuento, apelando al lector en ocasiones, incitándole a la lectura, haciendo comentarios sobre lo que describe o sobre los personajes, de una forma metaliteraria. En algún momento incluso ironiza sobre la digresión, afirmando que mientras cierto personaje va de camino en un coche de caballos a otro lugar, puede aprovechar para contar otra cosa más interesante. Y en otra ocasión, se permite una elipsis al dejar a solas a dos amantes, y a nosotros, curiosos espectadores, fuera del cuarto,  imaginando todo. El componente metaliterario y homenajístico de esta novela es muy importante, y una vez más me remito a "Pandora en el Congo", novela a cuya esencia me ha recordado mucho. De hecho, ese narrador que se nos manifiesta en la última página, cambia al final la percepción que tenemos de una historia que está llena de guiños no solo literarios sino también cinematográficos. No solo las descripciones son muy plásticas, sino que se mencionan  explícitamente películas como  "The Time machine", protagonizada por Rod Taylor, en una escena en la que cierto personaje del pasado va al cine (esta escena, por cierto, me recordó a una similar de "Entrevista con el Vampiro"), o te vienen a la cabeza otras como "El Hombre Elefante" (la escena en la que Wells se entrevista con John Merrick y ve la iglesia de cartón que este construye), "Time Cop", "Regreso al Futuro" y sobre todo "Terminator".

También se habla del poder de la literatura como ensueño, como fantasía capaz de cambiar las vidas de las personas, y del mundo literario (la crítica que hace Wells a un relato de Murray, al que pone fatal, y que es desencadenante indirecto del resto de la historia). Y cómo no, teniendo en cuenta el tema, filosofa sobre las implicaciones de los viajes en el tiempo, la responsabilidad o irresponsabilidad de cambiar el pasado para arreglar cosas, las diferentes teorías al respecto, etc, etc.

En resumen, una novela muy bien escrita, compleja, ambiciosa, con unos personajes distinguibles, y con conflictos propios y bien desarrollados, bien ambientada, en la que casi no hay nada que sobre, pese a su extensión, y que además puede introducir en el conocimiento de los autores de esa época, para quien no los conozca, en especial de Wells. Los amantes de las especulaciones sobre viajes en el tiempo tampoco se lo pueden perder.

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martes, 2 de diciembre de 2008

El documento Saldaña, de Pedro de Paz



Editorial: Planeta S.A.
425 páginas
19,95 €

Argumento:
Miguel Cortés, de profesión persuasor, es contratado por el abogado Luis Araujo, en nombre de un cliente, para que recupere un documento que ha desaparecido tras el asesinato de Sara Bianchi, directora de adquisiciones de una galería de arte que había sido encargada de autentificarlo. También el asesino Mihail Vassiliev y Lola Álvarez, compañera de trabajo de la fallecida, tienen interés en el documento.

Comentario (con Spoilers):

La lectura de un primer párrafo que desvela el asesinato de Sara Bianchi restando dramatismo a la subsiguiente y detallada descripción del hecho o la aparición de un protagonista cuyo pasado se resume en unas cuantas frases inconcretas (más tarde se desarrolla lo que en principio parece una mera lista) no parece muy prometedora.

Si a eso se añade que, sobre todo en los primeros capítulos, abundan las frases hechas y lugares comunes, a veces la narración es explicativa, hay algunas palabras cuyo significado no parece corresponder al contexto en el que se incluyen o que las frases a veces son largas y desordenadas, se podría esperar lo peor.

Sin embargo, según se avanza en la lectura, la agilidad de la trama (y la mejora en la redacción) consigue que sólo se note de forma ocasional.

El autor utiliza con habilidad recursos como poner capítulos breves que alternan las peripecias de Cortés, Vassiliev al servicio de Yurov y Lola Álvarez, mostrando los avances de cada personaje mientras administra la información que obtienen los personajes (y quien lee) y mantiene la intriga sobre lo que pasará a continuación.

Más tarde, tras unirse Cortés y Álvarez con su copia del documento, comienza una competición entre ellos y Vassiliev y Varela (experto en Saldaña) en su intento de interpretar las pistas y encontrar el tesoro escondido. A este respecto es de destacar que el autor no haya optado por la búsqueda de uno de esos objetos de moda en las últimas novelas del género, decantándose por algo más modesto (en el sentido de menos popular y conocido) y, en cierto sentido, "original".

También resuelve con habilidad y verosimilitud la parte en la que ambos bandos intentan descifrar las pistas dejadas por Saldaña para que encuentren su legado. En lugar de plantear claves complejas y retorcidas el autor apuesta por la lógica: si una de las ideas que se les ocurre les lleva a un lugar relacionado con aquellos en cuya construcción colaboró Saldaña es casi seguro que acertarán. Los mismos protagonistas dicen, con razón, que la finalidad de su dueño era que su tesoro fuera encontrado, por lo que las pistas no pueden tener excesiva dificultad.

En cuanto a los personajes, aunque el villano Vassiliev es un tanto tópico en su maldad (sin sentimientos, sólo disfruta matando) es destacable que incluso los secundarios tienen su puntito de personalidad, como los amigos de Cortés, Flores y el policía Tejada, cada uno en un lado de la ley y con un pasado más o menos intuido con el protagonista (ejemplares las escenas de presentación de ambos y la complicidad subyacente en los diálogos con Cortés) y con su propia utilidad dentro de la trama (otro dato a señalar, que cada personaje, situación y recuerdo tiene un sentido y finalidad) .

Destaca también Durruti (homenaje/guiño al titulo de otra novela del autor), el gato de Cortés, con una divertida y creíble personalidad felina, poco amigo de su amo, que se erige en protagonista de las dos o tres escenas en las que aparece.

La coprotagonista, Lola Álvarez, "traductora" del documento, que está en el caso por su amistad con la asesinada Sara Bianchi y como homenaje a su familia, muestra tener una personalidad que destaca en la negociación con Matías Roncero, el enfrentamiento del comienzo con Vassiliev (es capaz de reaccionar y sobrevivir a su ataque) o tomando las riendas en la relación con el protagonista.

Miguel Cortés, que se presenta al comienzo del la historia como un hombre capaz de (casi) todo por dinero y cuyo honor hace que termine cada trabajo que le encargan, tiene una marcada evolución, originada en el asesinato de la joven prostituta Yrina, el clásico de alguien "cercano" al protagonista (quien ya influyó en su vida en el pasado y le reconcilia consigo mismo en el presente), que cambia sus motivaciones y hace del caso algo personal.

Además, se establece cierto paralelismo entre Cortés y Vassiliev (quizá no es casual que ambos se llamen igual: Miguel y Mihail) en cuanto a lo que son capaces de hacer por conseguir sus objetivos, que tiene su importancia durante el enfrentamiento final, en el que destaca la diferencia, de carácter moral, entre ambos.

Incluso Madrid se convierte en parte integrante de la aventura, aprovechando diferentes localizaciones, con especial relevancia en la elegida para el desenlace de una historia que rememora, en varias ocasiones, instantes e imágenes de diversas películas.

Sin embargo, lo más interesante de la novela es que, desencadenada por la búsqueda del tesoro, se desarrolla una trama paralela de carácter personal que avanza al mismo nivel que la otra, influyéndose mutuamente hasta desembocar en la consecución de un premio "espiritual" equiparable al material.

En resumen, la progresión lógica de la investigación, aderezada por la creciente atracción entre Cortés y Álvarez, la mencionada competición por encontrar el legado de Saldaña y la evolución de algunos personajes, dan como resultado una novela digna y entretenida, que no es poco.



*** T ***

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miércoles, 12 de noviembre de 2008

La Décima Clave, de Antonia J. Corrales

La Décima Clave
Antonia J. Corrales
Editorial Martínez Roca
571 pp
 
Argumento:

El hijo de un forense asesinado en extrañas circunstancias treinta años atrás, se involucra, impulsado por la muerte repentina de su ex mujer, en una investigación que enlaza con el antiguo trabajo de su padre y de doce forenses reclutados para estudiar la muerte de varias monjas en un convento. Pero pronto las cosas se complican. Parece que en el legado de su padre están ocultas complejas claves que él, en compañía de un antiguo monje y de una enigmática mujer, deberá desentrañar haciendo uso del universal lenguaje de las matemáticas y de la criptografía.

Comentario:

A la vista del argumento parecería que estamos ante la típica novela de conspiraciones, misterios milenarios, claves secretas, búsquedas, etc, que ya saturan el mercado y agobian la vista del sufrido lector en las mesas de novedades del Corte Inglés. Algo de eso hay, pero con radicales diferencias respecto a esos productos de consumo fácil, sobre todo en la forma y en el tratamiento del "misterio". Es de alabar, y muestra de una gran ambición literaria, que la autora haya elegido dotar a su novela de una estructura y una prosa que no suelen ser las que se ven en los best-sellers al uso. Es una opción claramente arriesgada a favor de la dignidad literaria y en contra de la "comercialidad".

Los primeros capítulos nos sitúan en la mente del protagonista, personaje que arrastra un trauma de infancia (contempló el cadáver de su padre, torturado y mutilado, y hay sospechas de que pudiera haber visto al asesino, y haya sufrido amnesia), y cuyos recuerdos afloran de un modo un poco caótico. Mediante el recurso del flashback se nos va poniendo al día sobre los sucesos desencadenantes de la investigación. Esta parte, reconozco que me resultó díficil de seguir, pues se pasa del pasado al presente de forma repentina, y además, los hechos se explican con desorden cronológico, lo cual requiere un cierto esfuerzo y una cierta atención por parte del lector. Es curioso; mientras leía esta parte me daba la impresión de que la historia estaba nimbada con un aire de irrealidad, de confusión... o más bien, el personaje. Al final del libro, me di cuenta de que mi primera intuición era correcta, y que esta "confusión" tiene un sentido, que se pone de manifiesto con mayor fuerza al estar relatado todo en primera persona.  También las cosas que nos cuenta nos hacen sospechar de su salud mental: esa obsesión por el número pi, el hecho de que lo vea en todas partes, la sensación de paranoia, de persecución, de que todo el mundo que conoce pueda estar en el contubernio... De hecho, los detalles más chocantes de la historia, como el que esa conspiración involucre a sus amigos y familiares, la sofisticación con que estos esconden claves y enigmas, e incluso la forma como está narrada... podrían ser explicados a la luz de la locura del personaje... o no.

Tras la presentación, se desarrolla una larga investigación, en la cual la criptografía tiene una importancia fundamental. Quien esté acostumbrado a las simplonas deducciones de los protagonistas de otras obras de este género, se llevará una sorpresa al observar el grado de retorcimiento de los personajes de esta novela a la hora de esconder mensajes ocultos y desvelarlos. Se aprecia una gran elaboración por parte de la autora, que no solo utiliza claves númericas, el número pi, etc, sino incluso objetos, enterramientos, obras literarias (de Ignacio de Loyola y de Cervantes), etc; y además, vincula unos con otros con cierta gracia, recurriendo al símbolo (las aspas de los molinos, etc). Quizás la novela se centra mucho en este tema, pero al final descubrimos que las matemáticas y su relación con frecuencias sonoras con la clave. Aunque la historia es enrevesada, he de confesar que adiviné quién era el "malo" y también más o menos en que consistía el misterio, aunque en este caso fue debido a los spoilers que sueltan en ciertas webs. Hay que agradecer a la autora que no se guarde ases en la manga, y que te suelte pistas todo el rato, que te permiten pensar por tí mismo y hacer tus cábalas (grupo de forenses sordos, muertos decapitados y desfigurados, el violonchelo, los recortes de periodico que colecciona Daniel en su casa...)

Una cosa que me llamó mucho la atención es que la acción de la novela es puramente mental. Es decir, no hay acción física, persecuciones, momentos de peligro, etc, sino que más bien todo sucede a un nivel digamos intelectual. Aunque los personajes viajan, como es canónico en estas ficciones, no se describe estilo "guía turística". A veces la sensación claustrofóbica que transmite la autora te hace pensar que estás viendo una obra de teatro con giros y revelaciones inesperados, como "La Huella". En efecto, el estilo de la prosa, y sobre todo el de los diálogos es muy teatral. Los personajes tienen a veces parlamentos excesivamente largos. Es curioso que casi todos hablen, por otra parte, en el mismo tono, tanto el hijo de un difunto enterrado en un nicho, como un zapatero, como un forense. También llama la atención el elevado nivel intelectual de los personajes, y el hecho de que, prácticamente todos, dominen la criptografía y sean aficionados al cálculo mental (¡incluso las monjas!).

El desenlace, con el giro radical que se da al revelarse el antagonista, contar sus planes (esto es algo tópico, pero bueno, no hay novela del género que no lo contenga) y ejecutar la "acción final", obliga a reinterpretar todo el texto. Porque entonces sí, te das cuenta de que quizás los "errores" que se detectan, y que ya he nombrado, como lo de los personajes todos hablando igual y todos siendo expertos criptógrafos, además de ciertas coincidencias increíbles, podrían no ser tales, sino parte de una muy estudiada planificación orientada hacia ese final, lleno de perfecta ambigüedad, no como la de "El Juego del Angel", donde se veía que ninguna de las opciones posibles encajaba, sino más bien como la de "Desafío total" ¿Es realidad, es ficción, es locura? Creo que la autora resuelve ingeniosamente lo que, contado de otro modo, podría haber sido una novela inverosímil. Y además introduce un conflicto moral que dar cierta profundidad al texto: ¿es lícito hacer el mal de pocos para lograr el bien de la mayoría? Aunque no creo en el poder real del experimento descrito en el libro (que es algo que existe en la realidad), no deja de causar una pequeña inquietud leer que podría afectar a la mente en la forma que nos cuenta la autora. Después de todo, la pérdida de identidad, de memoria, que es lo que en el fondo somos, es uno de los miedos más arraigados del ser humano.

Finalmente, mencionar que la redacción, para variar, es buena; con ciertos toques de prosa poética, que contribuyen a aumentar el carácter introspectivo de la novela.

Una novela de género, digna, y diferente al resto, que opta por apelar al intelecto del lector en lugar de a su adrenalina. El giro final, la prosa, los complejos criptogramas y la ambición literaria, lo mejor.

Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

sábado, 8 de noviembre de 2008

La décima sinfonía, de Joseph Gelinek


Editorial: Debolsillo
416 páginas
8,95 €

Argumento:
El musicólogo Daniel Paniagua acude a un concierto en el que se interpretara la reconstrucción de una parte de la Décima Sinfonía de Beethoven por parte del director de orquesta Ronald Thomas. Tras el evento el hombre aparece decapitado y unas notas musicales tatuadas en su cráneo hacen que tanto la policía como la juez encargada del caso soliciten la colaboración de Paniagua para traducir su significado.

Comentario (con spoilers):

El comienzo de la novela, situado en la Almería de 1980, en el que una pareja hace algo en apariencia tan poco relevante como intentar sacar dinero del banco y no conseguirlo por el olvido del número de la tarjeta de crédito (nada relacionado con una caja de seguridad, por ejemplo), para poco después sufrir un accidente de coche, no parece muy prometedor.

Sin embargo, ambos sucesos tienen más importancia de la que parece. Según avanza la trama se ve que el autor ha comenzado a dar pistas para la resolución del misterio desde el principio de la historia, y continuará así durante toda la novela, insertando datos de importancia dentro de conversaciones aparentemente banales, detalles que en si mismos pueden parecer superficiales o innecesarios, creando una sutil complicidad con su lector/a y la clara posibilidad de que deduzca quien ha matado a Thomas antes que Paniagua, lo que sugiere una cuidadosa planificación del argumento y su desarrollo.

La novela, compuesta por capítulos breves, tiene un protagonismo casi coral, en el que se intercalan los pasajes dedicados a la investigación del asesinato con los que inciden en la búsqueda de la partitura y los que se centran en los posibles sospechosos, con lo que el autor consigue dar agilidad a la historia e informar al lector/a de hechos que no conocen todos los personajes, dándole preferencia en la "investigación" y confiando en su inteligencia y capacidad de deducción en detalles como la búsqueda de Paniagua de la clave para "traducir" el pentagrama tatuado en la cabeza decapitada, que tiene Sophie Luciani, la hija del fallecido.

Aunque a veces alguno de los personajes tiene información relevante y no la dice, con objeto de mantener la tensión al final de cada capítulo, en su siguiente aparición el mismo personaje cuenta lo que sabe y sólo cabe reprochar que a veces este aplazamiento se resuelve con cierta torpeza.

El autor ha optado por una investigación "clásica", que consta de dos búsquedas, la del asesino de Thomas y la de la hipotética partitura de Beethoven, un tesoro cuyo valor es tanto material como cultural y sentimental, y perseguido por otros tantos motivos, en la que evita tanto el exceso de truculencia en la descripción del cadáver y su autopsia como la eliminación sistemática y sin sentido de todos los secundarios, limitándose, acertadamente, a la resolución de una sola muerte y la búsqueda de un objeto.

Se agradece que las deducciones del protagonista estén explicadas de forma clara y sencilla, de fácil comprensión y seguimiento, y si bien a veces resulta poco creíble que acierte en todo lo que se le ocurre gracias a sus amplios conocimientos musicales, tampoco llega a exageraciones leídas en otras novelas.

Los personajes están dotados, en mayor o menor medida, de personalidad y matices. Desde Daniel, decidido a encontrar la que considera verdadera décima sinfonía anteponiendo la búsqueda a la relación con su embarazada novia Alicia, el príncipe descendiente de un hermano de Napoleón y su esposa, con sus problemas de imagen ante la incipiente carrera política de él, la juez Susana Rodríguez Lanchas, traumatizada por la parálisis que afecta a su rostro, los policías Mateos y Aguilar, el primero estudiante de derecho que simula haber terminado la carrera, el segundo un ayudante que no sabe estar callado y hace alarde de sus "conocimientos" de forma inoportuna, Malinak, el único guía turístico invidente de la Escuela Española de Equitación de Viena.

O Jesús Marañón, el excéntrico millonario en cuya mansión se celebra el concierto, coleccionista de aparatos de tortura antiguos que le gusta probar en sí mismo, que cumple el doble papel de convertirse en uno de los sospechosos y contribuir al ocasional toque de humor e ironía que salpica la novela, como en la escena de la visita policial, donde admite poseer una guillotina, ser sospechoso por ello y haberla enviado a limpiar fuera del país, conversación interrumpida por un grito achacado a la retirada de la tarjeta de crédito a la esposa del millonario.

También es destacable que, junto a los toques de humor, se incluyan breves pinceladas de crítica a diversos temas, entre los que incluye las convenciones de las novelas de su propio género.

Además, varios personajes relatan anécdota relacionadas con la música, desde las adaptaciones al cine que tienen a Beethoven como tema central ("Amor Inmortal" 1994, con Gary Oldman y "Copying Beethoven" 2006, con Ed Harris) a anécdotas relacionadas con misterios musicales relatadas de una forma directa, breve y natural que sugiere un conocimiento previo (nada de copia/pega de internet) e interés por todo lo relacionado con la música.

Estás anécdotas, que sólo ocasionalmente se hacen pesadas, y se incluyen como respuesta a preguntas de secundarios curiosos al protagonista, junto a los incisos que muestran (en distinta profundidad) los problemas de los diferentes personajes contribuyen a dar cierto empaque a la historia.

En la segunda parte de la novela hay tres o cuatro capítulos protagonizados por Beethoven que no parecen tener otra utilidad que "confirmar" las deducciones (a veces demasiado "increíbles") de Paniagua sobre la vida del músico. Personalmente hubiera preferido que permaneciera el misterio, tal como se hace con el destino de uno de sus personajes y lo que lleva con él.

En resumen, una novela escrita con prosa correcta, que da importancia a los personajes, sabe incluir con desparpajo los detalles históricos y anecdóticos, hace participar de la investigación, sin otra pretensión que entretener de forma digna, y consigue dar la impresión de que el mundo de la música está lleno de misterios interesantes y tiene gran potencial novelesco.


Otras novelas de Gelinek reseñadas en este blog:

- El violín del diablo (2009)
- Morir a los 27 (2011)



*** T ***

Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

domingo, 5 de octubre de 2008

El Papa Mago, Miguel Ruiz Montañez

 El Papa Mago
Miguel Ruiz Montáñez
Editorial Martínez Roca
Páginas: 573


Argumento:

Un conde francés, empresario del champagne, encuentra en su castillo una cabeza parlante obra del famoso papa Silvestre II, que se supone que contiene  saberes ocultos. Cuando el conde desaparece, su esposa contrata a un detective para localizarlo.

Comentario (con Spoilers):

Hacía tiempo que no me exasperaba tanto un libro. Lo compré llevada por el interés hacia el personaje que le da título, Gerbert D'Aurillac, que fue papa bajo el nombre de Silvestre II, una figura increíblemente atractiva, llena  de misterio, un científico de la época medieval del que todo el mundo desconfiaba por lo avanzado de sus conocimientos, y que por envidia, miedo o lo que fuera, recibió acusaciones de pactar con el diablo, incluso desde dentro de la propia Iglesia. Sin embargo, esta novela es una ofensa  a la memoria del papa del Año Mil. En primer lugar, porque el título es un mero gancho engañoso. De Silvestre se habla lo justo; de hecho la novela está ambientada en nuestra época, y se le menciona casi siempre en relación a la parte más mítica de su vida, la de la magia y los pactos satánicos, de forma superficial (tipo wikipedia) y anodina.  Por si no fuera bastante esto, la prosa deja mucho que desear, pero ya hablaremos del tema...

La prosa no es muy correcta. Todas las frases tienen la misma estructura; se abusa de las explicaciones innecesarias introducidas por "porque", "ya que", "dado que", etc, de oraciones de relativo encadenadas con "que", "la cual", etc, hasta dos o tres en una misma oración; de gerundios. No sabe utilizar determinadas palabras cuyos significados ignora o inventa; los personajes nunca hacen nada directamente, solo "determinan hacer", "deciden", "optan por"; casi todo es para el autor "profundo" (esta palabra se debe repetir como unas cien veces). Mezcla un registro más elevado del discurso con voces coloquiales como "tío", "chaval"... También hay diferentes tiempos verbales juntos. Las frases son a veces tan caóticas y sin sentido que tienes que leer dos veces para entender qué quiere decir; parece que ellas mismas son el enigma más complicado de la obra. En cuanto a los diálogos, en fin, son un desastre, antinaturales a tope.

Si hablamos del argumento, el libro no queda mucho mejor. En 573 páginas no pasa casi nada; los personajes van a determinadas ciudades porque sí, porque como Silvestre estuvo allí o tuvo relación con ellas... pues hala, para allá vamos... Lo malo es que una vez en estas ciudades (Ripoll, Córdoba, Roma), el autor se limita a llevarnos a ciertos edificios emblemáticos que describe a guisa de guía turístico, casi sin relación con la trama (o con una relación preocupantemente débil). Los personajes no deducen nada, ni resuelven grandes enigmas, van a ciegas, llevados por ¿su intuición? Como buscan al conde y Silvestre estuvo en Córdoba, se van a la Mezquita... Y como no estaba en la Mezquita,  luego van a Medina Azahara; y ¡encuentran al conde desaparecido! En Medina Azahara descubren tres RRR y concluyen que se trata de Reims, Rávena y Roma, porque son ciudades relacionadas con Silvestre. ¿Y por qué no Ripoll, también relacionada? Luego deciden que unos irán a Reims y otros a Roma a buscar no se sabe qué en no se sabe dónde.¿Y por qué no a Rávena? El misterio es inexistente. El autor se limita a decir cada cierto tiempo que la máquina parlante encierra "increíbles conocimientos", pero no describe mucho de ellos. Todo parece muy general, no hay detalles, ni nada que demuestre una documentación a conciencia o una cierta imaginación o fantasía en la elaboración de la trama. Las escenas de acción son patéticas. Narra con la misma pasión (es decir, ninguna) una conversación en el cuarto de un hotel que una pelea con matones.

El hecho de que la prosa sea tan infantil, convierte a su vez en infantiles a los personajes. Hay cosas tan absurdas como que el protagonista, el joven Marc, que no tiene ninguna experiencia como detective, recibe el encargo de investigar un caso a priori tan importante como el del conde por parte de su tío, que sí es un detective de verdad. Para colmo, luego se descubre que el tío es líder de una secta que va tras la cabeza parlante, con lo cual aún es más absurdo. Si tan importante era para ellos el caso ¿cómo lo confían a un niñato neófito y sin experiencia ninguna que lo único que ha hecho en la vida es ser activista de Greenpeace? También es de traca la secta esa, que resulta ser heredera de TODAS las sectas anteriores protagonistas de los bestsellers de moda (rosacruces, iluminatti, Priorato de Sión...)

Los comportamientos de los personajes son de lo más infantil de todo. Parece que estás viendo actuar a una panda de niñatos para los cuales cualquier acto banal de la vida se convierte en una gran aventura y  a los que todo les "asombra". Si Marc es un chico tan viajado, que ha estado en muchos países con Greenpeace, no parece lógico que se le pongan los ojos como platos cada dos por tres, especialmente cada vez que entra en un monumento histórico - artístico. El amorío entre él y la chica (que para eso está)  se ve venir desde que se dice que ella es joven y guapa y él es también joven y guapo; pero no se describe nada en absoluto. Marc se pasa la novela pensando en qué dirá la chica si se entera de que se tiró a su madre (escena  tópica, en la que la madura condesa restaña las heridas del muchacho y termina con él en la cama... ¿A qué nunca lo han visto en ninguna peli?); los demás personajes no tienen ninguna profundidad ni trasfondo. En resumen, actúan de tal manera que parecen tontos o niños de diez años.

La novela carece de estructura, de personajes, de lógica, de ingenio y de una documentación en condiciones; llena de escenas tópicas (sexo después de curar heridas; una cama en la habitación reservada por dos personajes, de diferente género, etc, etc); y está pésimamente redactada.

Frases de la obra:

Echó mano de su teléfono móvil, pero recordó que lo había lanzado contra la pared de su habitación y estaba destrozado, así que dejó pasar unos minutos y, haciendo uso de los conocimientos adquiridos en las clases de yoga a las que llevaba años asistiendo, meditó el paso que procedía dar a continuación.

La noticia pareció llegar a sus interlocutores con cierta alegría.

Para colmo, añadió que, muy al contrario, pensaba que su madre tenía una vitalidad que la desconcertaba, pues desde que la conocía, la condesa había mostrado una energía vital fuera de lo normal que, desde hacía años, no veía en su padre.

La sorpresa de Marc fue mayúscula cuando comprobó que aquella gente se puso a trabajar de inmediato sin mediar palabra con ninguno de ellos.

Marc tiró discretamente del brazo del conde y le llevó hasta una reservada esquina para susurrarle que sería importante que toda aquella gente se marchase, a fin de que ellos pudiesen investigar con tranquilidad, porque si encontraban algo, era evidente que debía permanecer en el anonimato, por el bien del caso.

Como el sitio no era muy grande, no tardó en llegar a la convicción de que el baño no había sido el sitio en el cual el cirujano árabe dejó el secreto milenario.

La cara de sorpresa tanto del conde como de sus dos acompañantes puso en evidencia que el joven les había sorprendido, ya que, quizás guiados por la emoción, no habían prestado atención a otras personas presentes en el recinto.

Camino de las habitaciones, Guylaine le soltó en el oído a Marc que su padre estaba realmente exhausto, quizá porque la edad no perdona.

Sin caer en la desidia, el noble les indicó que le siguiesen.

El detective se acercó a la puerta y verificó que estaba cerrada. Guylaine buscó en el interior de su bolso y sacó un manojo de llaves que le ofreció al hombre, indicándole la correcta. Marc entendió que ella quería que fuese él quien abriese y entrase en primer lugar. Era evidente que sentía un cierto temor por lo que pudiesen encontrar dentro de su propia casa.

La llave provocó un fuerte chasquido en el interior de la cerradura.
Marc lo achacó al considerable tamaño de la puerta, que dispondría de un mecanismo de apertura en consonancia.

Marc le susurró a la mujer que no perdiese los nervios porque, al prestarle un poco de atención al tipo, había observado que tenía una pistola plateada que sujetaba con ambas manos.

-Entra tú primero -le dijo a la mujer, que procedió a introducir la parte superior de su cuerpo por la estrecha abertura para luego pasar el resto.

La cara de incredulidad de los allí presentes le hizo ver al joven que no le habían creído.

Cabizbajo, Pierre Dubois optó por sentarse en el enorme baúl que contenía los artilugios que semanas antes habían encontrado en esa misma sala, puesto que, de alguna forma, era consciente de que había llegado el momento de explicar lo que realmente estaba ocurriendo, porque dada la situación, era evidente que el final estaba cerca.

La atmósfera en el interior de la estancia se enfrió hasta límites insospechados, y la expresión de gravedad del noble dejó entrever que había llegado el momento de sincerarse sin ningún tipo de tapujos.

Miró a la mujer para comprobar el estado en el que se encontraba. Observó que estaba sumida en sus pensamientos, probablemente sin dar crédito a lo que estaba pasando. En pocos minutos, había descubierto que su padre no era en realidad como ella pensaba y que los trapos sucios que manejaba iban más allá de las prácticas usuales, sobre todo, para un hombre que había sido siempre un ejemplo de rectitud y, además, con toda seguridad, estaría acordándose de su madre, que era la única persona que faltaba en aquel escenario que ya parecía un auténtico teatro de polichinelas.

El detective pensó en hablar con el joven y hacerle una propuesta para intentar juntos algún tipo de acción que les librase de aquella gente, ya que, en el fondo, cada minuto que pasaba, era más consciente de que su tío no iba a llegar dadas las circunstancias. Se acercó y le susurró que debían plantear  un frente común, a lo que Bruno le contestó que no contase con él, pues tenía sus razones, las cuales no estaba dispuesto a revelarle.
La mujer le miró y le lanzó un pequeño guiño indicándole que no se preocupase, porque seguro que también saldrían de esa situación, aunque, a priori, pareciese complicada.

El detective neófito le rodeó con sus brazos, a lo que su tío, un experimentado investigador con decenas de años de ejercicio de la profesión, le respondió tímidamente, sin dejar de levantar la pistola.

La mirada del sobrino le dejó claro que la impresión que le causaron sus palabras le habían dejado al borde del  colapso.
Sin saber reaccionar, Marc notó su propio bloqueo y se apartó, dejando paso a otros hombres que venían detrás de su tío.

Incluso la temperatura había descendido, lo que provocó un ambiente gélido que ayudó a que los pelos de los brazos de Marc se erizaran cuando su tío se aproximó a él  para darle explicaciones.

Guylaine fue a auxiliar a su madre, seguida del conde y de Renaud. El estado de la mujer era preocupante, porque un círculo rojo sobre su pecho evidenciaba que una bala le había alcanzado de lleno.

Al oír las sirenas de varias ambulancias acercándose, Marc sintió un repentino malestar consigo mismo, al haber descuidado el estado de su tío, cuyo aspecto parecía realmente preocupante.

No podía estar seguro de dónde se encontraba, porque cuando le drogaron, quedó en una situación de consciencia muy reducida, y, por ello, no era fácil afirmar si estaba cerca o lejos del centro de la ciudad, o incluso si le habían conducido a algún remoto lugar distante de Reims.



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viernes, 26 de septiembre de 2008

Cómo desaparecer por completo y no ser encontrado jamás, de Sara Nickerson


How to Disappear Completely and Never Be Found, 2002
Editorial: SM
Colección: El Barco de Vapor, 168
Traducción: José Calvo
300 páginas
7,25 €

Argumento:

Margaret y su hermana Sophie viajan con su madre hasta una casa en ruinas para ponerla a la venta. Margaret encuentra en su interior un paquete dirigido a su madre, Lizzie, cuyo contenido la lleva a iniciar una investigación sobre hechos sucedidos años atrás.

Comentario (con Spoilers):

La historia está narrada desde diferentes estilos y puntos de vista. La mayor parte se cuenta en primera persona en voz de Margaret, y se alterna con breves capítulos protagonizados por Boyd, un niño que vive en la casa junto a la deshabitada, las páginas de un cómic de un autor desconocido y las intervenciones puntuales de alguien que se identifica como el editor.

La elección de tan variados puntos de vista no parece al azar. El relato de Margaret consigue la identificación con el personaje y lo que le sucede, el de Boyd sirve para incrementar el misterio que ella investiga, el cómic para crear intriga y expectativa, pues adelanta lo que va a suceder, y el del editor/bibliotecario para informar de hechos que suceden en otros lugares y, como los anteriores, para potenciar las dosis de intriga y tensión de la trama.

La novela tiene abundantes diálogos directos y naturales y descripciones de lugares y ambientes muy visuales que proporcionan una sensación de credibilidad tanto respecto a la situación familiar (el comienzo en el coche donde Lizzie viaja con sus hijas ajena a su presencia y negándose a responder sus insistentes preguntas o el capítulo dedicado a la rutina familiar de los fines de semana) como en los paisajes en los que se desarrolla la acción (el recorrido de Margaret por el interior de la mansión, la huida de la muchacha y Boyd a través del bosque...)

Relatada en un tono adulto, la autora huye de cualquier condescendencia hacia la edad de sus lectores y se decanta por una prosa en la que abundan tanto la utilización de vocabulario de cierta complejidad como un estilo de narrar en el que los hechos se sobreentienden sin recurrir a dar explicaciones sobre lo que cuenta, y siente, Margaret o una gran diversidad de temas que se desarrollan con eficacia.

Se tratan varios ejemplos de desconexión con la realidad: Lizzie aún de luto por la pérdida de su marido, Margaret y su nueva amiga Tina Louisa apartadas de la vida social del colegio, Boyd viviendo a través de los cómics de Ratt, Sophie empeñada en terminar su puzzle más grande del mundo, el propio Ratt encerrado con la basura que intenta convertir en cosas útiles...

También se incide en el trauma de Ratt y su sentimiento de culpa (ese ahogado fantasma que persigue al superhéroe protagonista del cómic) que evoluciona hacia la necesidad de castigo y explicación para alcanzar la redención en una intensa y vívida escena en medio del lago (símbolo de las emociones y del comienzo y final de su drama) que reúne a los personajes y sirve para que resuelvan algunos de sus conflictos, como el miedo de Boyd al agua, el misterio en el pasado familiar de las protagonistas o la relación entre madre e hijas.

Además se sugiere que todas las personas y sus vidas tienen igual importancia e interés utilizando esa biblioteca que se abre en el pueblo donde reside Boyd, y en la que sólo se encuentran obras escritas por gente anónima sobre todo tipo de temas, o la intervención del editor/bibliotecario cuando relata lo que le ocurre a Sophie mientras Margaret está investigando la casa y explica cómo la niña es ajena a que su hermana (quien también menciona sus dudas sobre quién protagoniza la novela y cómo y dónde comenzó todo) sea la protagonista de la historia, pues para ella el tema principal es que se ha quedado sola cuidando de su madre. 

En resumen, una obra sobre personas y sentimientos, sobre redención, amor, amistad y literatura, con una conclusión más optimista que ideal, mejor escrita, más profunda y compleja que muchas de las que se publican en la actualidad, independientemente del género, la edad del público a quien se dirigen o la nacionalidad de sus autores.

En la contraportada de la novela, publicada en una colección para adolescentes, se sugiere la lectura a partir de los 12 años. Y así es, se puede leer, y disfrutar, a cualquier edad.


*** T ***


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jueves, 11 de septiembre de 2008

Un lugar en el corazón, de Linda Howard

Duncan's Bride, 1990
Editorial: Harlequin Ibérica SA
316 páginas
1,90 €

Argumento:
Desengañado del amor tras su divorcio, Reese Duncan solicita por correspondencia una esposa dispuesta a trabajar en su rancho y ser la madre de sus hijos. Madelyn Patterson, atraída por la seca sinceridad de la propuesta, decide responder al anuncio.

Comentario:

Al abrir la novela lo primero que se nota es que el tamaño de la letra y márgenes han aumentado de manera artificial el grosor del volumen, aunque al menos esta primera entrega de la colección sale a buen precio.

Según avanza la lectura se percibe también que la autora va directa al tema, sin adornos de ningún tipo. Aunque hay tres o cuatro personajes secundarios todos son utilizados en base a las necesidades argumentales.

Robert Cannon, el millonario hermanastro de la protagonista, que a priori podría ser interesante por la breve descripción que se hace de él como alguien reservado y controlado, sólo aparece para investigar a Reese y para asociarse con él al final (aunque es protagonista de su propia historia en "Amando a una mujer", 1994).

Christine, la única amiga de Madelyn, está ahí para contribuir a la presentación de la protagonista y constatar que si, que Reese es un hombre muy atractivo.

Floris, la dueña de la cafetería del pueblo cercano al rancho, sirve para contar algunos detalles sobre el matrimonio de Reese con April y para dar refugio y trabajo a Madelyn.

La novela se centra, sin permitirse ni una digresión, en la relación entre Madelyn y Reese, asumiendo los puntos de vista de ambos ante lo que sucede entre ellos y a su alrededor.

Como es habitual, los protagonistas se atraen físicamente nada más verse y, mientras ella no duda en reconocer su amor él se muestra reticente y traumatizado a causa de su primer matrimonio.

Pronto se intercalan las escenas de carácter romántico y/o sexual con las de la dura vida en el rancho y el enfrentamiento de voluntades entre Madelyn y Reese.

Siguiendo el esquema clásico utilizado en la mayoría de las novelas del género, Madelyn, a los 28 años y en 1990, es virgen. Lo que lleva a la noche de bodas.

El relato de lo que para Madelyn es una dolorosísima y poco placentera experiencia resulta casi traumático y, lejos de darle un aura de romanticismo, puede quitar las ganas de vivir tan espeluznante situación.

Debido a que está relatada de forma sencilla y con muchas elipsis, abundantes diálogos directos e incluso ingeniosos, se trata de una historia de lectura tan ágil y amena como superficial y olvidable en la que no se ocuparán más de tres o cuatro horas.


*** T ***

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sábado, 16 de agosto de 2008

La Diosa contra Roma, de Pilar Sánchez Vicente


Pilar Sánchez Vicente
Editorial:   ROCA
304 páginas


Argumento

Augusto lidera las guerras contra el último foco de rebelión de la Hispania conquistada, que es la cornisa Cantábrica; una mujer guerrera, Imborg, aglutinará a todas las tribus contra el invasor en una larga y desesperada lucha llena de crueldad.


Comentario

Aunque normalmente no leo novela histórica afronté la lectura de "La Diosa contra Roma" con gran interés, debido al tema (centrado en hechos acontecidos en mi región de origen). Lo cierto es que la literatura de este estilo siempre me ha parecido bastante aburrida; sin embargo, la obra que nos ocupa si por algo destaca es por la gran agilidad de la narración, que impide el tedio y mantiene la atención del lector en la trama, sobre todo en los tres primeros cuartos. Al final me parece que empieza a flojear un poco, quizás por la repetición de algunas situaciones (bélicas) y por el cambio de escenario  y de ritmo que supone la parte del viaje de Imborg y los ástures a las Galias. Pero de todas formas, y en líneas generales el nivel de entretenimiento se mantiene bastante alto.

La prosa es correcta, y fácil de leer; la inteligente estructura incluye dos puntos de vista, el de la guerrera Imborg, y el del cronista griego, esclavo al servicio de Roma, ambos en primera persona. Estos dos narradores se van alternando para dar la visión de los dos bandos enfrentados. En cierto punto ambos se encuentran. La escena es narrada de forma muy curiosa: primero la cuenta el griego, y después Imborg, de tal forma que complementa algunos datos que no habían quedado claros en la primera narración. Hay muchas escenas de batallas, y escaramuzas militares, para mi gusto demasiadas; y quizás descritas con poco nervio y poca emoción. Algunas escenas que deberían haber sido casi épicas, como el asedio de Lancia, se quedan en unos párrafos, aunque también es cierto que el libro es corto y va muy al grano. También se cargan las tintas en la crueldad de los romanos, con descripciones de torturas, violaciones, matanzas por doquier... Hay bastante parcialidad en este punto, ya que una intuye que la violencia era característica de la época y no solo de los romanos. Vamos, que los otros también harían de las suyas y a veces de forma gratuita e indiscriminada.

Tal vez por imitación del estilo de crónica antigua, se observa cierta superficialidad en el tratamiento psicológico de los personajes, cuyos sentimientos y emociones no se describen con la emoción requerida, y quedan algo fríos. La autora se centra más en los hechos históricos y los lances de la guerra que lo que sienten los personajes al respecto de determinados sucesos. No es que no nos lo cuente sino que la forma de hacerlo es algo tibia.

La documentación es apabullante (no en vano la autora es documentalista y licenciada en Historia), y está introducida  de la manera en la que esto debe hacerse, con seriedad y rigor, sin sobrecargas innecesarias de datos,apareciendo con naturalidad en charlas, historias en boca de los personajes, descripción de acciones, etc... El mérito es mayor si pensamos en lo remoto de la época en la que se ambienta la novela (siglo I después de Cristo) y en lo poco tocado el tema de las tribus prerromanas de la zona cantábrica. Ahí radica otro punto de interés de la "Diosa contra Roma". Se hace una profusa descripción de ritos y cultos, creencias religiosas y costumbres (uso de drogas alucinógenas) que pueden resultar algo chocantes en nuestra época, como por ejemplo, la extensión de un cierto matriarcado en algunas de las tribus descritas.

La narración rezuma un acusado femismo, aunque la autora lo niegue. Casi todos los personajes principales son mujeres, salvo el griego; y en líneas generales, son descritas como valientes, fuertes y llenas de virtudes, mientras que los hombres, también salvo excepciones, son traidores, crueles y cobardes, mucho más débiles en todos los aspectos (incluido el físico: en una escena Imborg derrota en combate singular a un hombre que le discute el liderazgo) También el griego, autor de una crónica donde se hace hincapié en el protagonismo de Imborg, sirve para acrecentar esta reivindicación de lo femenino en la Historia. Su relato, para las autoridades romanas, es inaceptable, pues no resulta adecuado que se saque a la luz que una simple mujer puso en jaque a todo un emperador de Roma.

A nivel ideológico hay una cuestión que según leía me planteaba preguntas y dudas. Imborg, paradigma de la resistente, representante de un mundo "ideal" (la autora describe casi un paraiso de libertad, armonía con la naturaleza, cierta posición de la mujer, casi un mundo de "buen salvaje"), es heroína por empecinarse en luchar contra un enemigo más potente, más civilizado, invencible a decir verdad. Sin embargo, su lucha está perdida de antemano, y costará mucha sangre a su propia gente. Una se pregunta ¿merece la pena? A mí me daba la impresión, en ocasiones, de que la decisión inteligente era la que planteaban los pueblos de la meseta, tildados de colaboracionistas, que preferían hacer pactos con Roma y beneficiarse de lo que el invasor ofrecía. Y al final queda un regusto bastante amargo al pensar en el destino de esa líder que arrastró a tanta gente a la muerte, la tortura y la esclavitud... ¿No es la muerte el final más honroso para los héroes?

En resumen, una novela ligera, pero seria, ágil, llena de acción y lances bélicos, que nos permitirá conocer un poco sobre las tribus ástures que se enfrentaron a Roma, y sobre sus montañas legendarias, como último reducto de resistencia, y nos permitirá reflexionar sobre cuestiones tan interesantes como la de la imposición cultural, la dialéctica barbarie-civiilización (¿quiénes son los verdaderos salvajes?) y la posición de la mujer en la política, el poder y la Historia (ninguneada por crónicas interesadas en mantener la visión patriarcal)

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miércoles, 16 de julio de 2008

Dos velas para el diablo, de Laura Gallego


Editorial: SM
414 páginas
17,50 €


Ebook: 6,49 €

Argumento:

En medio de la eterna guerra entre ángeles y demonios, Cat, hija de un ángel y una humana decide investigar el asesinato de su progenitor, para lo que establece una alianza con el demonio Angelo. 


Comentario:

¡ATENCIÓN: SPOILERS!

Desde el comienzo de la novela se percibe la evolución de la autora, tanto a nivel de redacción como de contenido.

El cambio de estilo es lo primero que se observa. La historia está narrada en primera persona y además en presente, lo que en principio me produce rechazo, sobre todo por las posibles dificultades (credibilidad etc) de este narrador para relatar los hechos desde una sola perspectiva, reproducir conversaciones etc...

Sin embargo, se diría que no es una elección caprichosa sino que se utiliza como recurso para el desarrollo de la trama, donde la subjetividad del punto de vista de Cat es esencial para conseguir posteriormente tanto varios efecto sorpresa como la impresión de que todo tiene varias explicaciones posibles.

En la primera parte, cuando la protagonista relata las circunstancias que la han llevado al punto de querer vengarse, hay una acumulación de datos que puede agobiar aun siendo necesaria para la comprensión de Cat y sus circunstancias, además de establecer su propia visión del mundo que la rodea.

La muchacha cuenta sus vivencias con un toque de humor entre ingenioso e irónico que si bien algunas veces resulta obvio y convencional hay otras en las que muestra cierta originalidad, aunque es un tono que puede no ser del agrado de cualquiera, y quizá se le podría "reprochar" la variedad de expresiones tan españolas que se utilizan, ya que Cat no ha estado en el país durante los últimos diez años.

La mayor sorpresa se produce apenas pasada la cuarta parte de la historia (página 138, creo), cuando Cat es asesinada por un demonio en un acto casi premonitorio (la joven comenta ya en la página 13 cual es la diferente actitud de los ángeles y los demonios) que permite constatar hasta qué punto ha trabajado la autora la estructura de la novela.

Tras un hábil interludio en el que parece que el protagonismo va a pasar al demonio Angelo, se retoma la historia desde el punto de vista de Cat, ahora "reducida" a fantasma con una decisión estructural que vuelve a beneficiar el desarrollo de la trama y que convierte a la protagonista en mera observadora de lo que sucede a su alrededor, con las consiguientes sorpresas.

Es a partir de este momento cuando la elección de la primera persona y el tiempo presente da verosimilitud al hecho de que la protagonista relate cada diálogo que escucha, y su conversión en espíritu justifica tanto la entrada en lugares que le serían prohibidos siendo humana (nadie se fija en los fantasmas) como la descripción de investigaciones o aventuras en las que ella no participa directamente.

Otro detalle es que, desde el momento en que se convierte en fantasma la parte de los diálogos formulados por Cat se ponen entre comillas mientras los del resto de  personajes van precedidos del correspondiente guión.

La novela está bien redactada, sin repeticiones innecesarias y reiterativas excepto en uno o dos pasajes, hay lugares que llegan a "verse" a partir de las descripciones (la autora estuvo en esos sitios y se nota), y se percibe que la labor de documentación tanto en las citas de el "Libro de Enoc" y otros que se mencionan como en alusiones a películas ("El Cielo sobre Berlín") etc ha sido exhaustiva y se incluye mayoritariamente con fluidez dentro de la trama.

En cuanto a los personajes, y dado que el relato es en primera persona, es Cat la mejor desarrollada, con ese humor irónico dirigido incluso a si misma y su cambio de situación. El resto de personajes se ven a través de sus ojos y en general no tienen personalidades muy definidas, aunque lo suficiente para diferenciarlos, entre los que destaca Angelo, a quien describen sus diálogos con la joven, en los que se percibe que no es tan "duro" como pretende o el hecho, poco habitual, de que el "villano" de la historia actúa por lo que cree un bien mayor y sufre por lo que se ve obligado a hacer.

La autora consigue recrear su propio mundo fantástico utilizando como base varios textos y dándoles su propia personalidad, como cuando se cuenta lo que hay de cierto o no en el "Libro de Enoc" y otros, o en pasajes breves pero ilustrativos como el eterno enfrentamiento de las dos mujeres chinas (ángel y demonio) y la responsabilidad que conlleva mantener esta "enemistad" o el destino de algunos espíritus desarraigados que vagan por el mundo.

Sin embargo, quizá lo más interesante sea que la autora trata temas adultos, que conceden menos importancia al aspecto fantástico y, sobre todo, al romántico, prefiriendo hacer una llamada a la reflexión sobre lo que estamos haciendo los seres humanos con el mundo mediante las diferentes opciones que toman ambos bandos (ángeles y demonios) para tratar de impedirlo.

Por medio de Cat, mera observadora sin capacidad de decisión, se muestran las posibilidades y los sacrificios que conllevaría cada posible solución mediante unos personajes cuya moralidad no es tan clara como pudiera parecer, desdibujándose los conceptos del bien y el mal como absolutos y dando un vuelco a ciertas ideas preconcebidas (la resolución del dilema personal de la protagonista, etc) con las consiguientes sorpresas y giros argumentales.

Aunque se pueden encontrar algunos temas ya utilizados por la autora (una profecía, espíritus, protagonista adolescente que pueden relacionarse superficialmente con "Crónicas de la Torre", por ejemplo) quienes esperen una novela llena de aventura y romance pueden llevarse una decepción. Por un lado a Cat se lo dan todo hecho y la acción apenas va más allá de viajar a distintos lugares y mantener conversaciones, exceptuando un par de peleas ángel/demonio breves y similares entre si.

En cuanto a la trama romántica, la misma estructura de la novela y la intención de afrontar otros temas la hacen innecesaria, aunque hay una breve concesión al final que es coherente con el resto de la historia y cierra la novela con todas las tramas principales resueltas siguiendo la lógica interior del relato.

Si bien hay varios personajes que podrían ser desarrollados, la autora ya ha dejado claro que no va a haber segundas partes.

En resumen, una novela que muestra una interesante evolución en la obra de LGG.

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