viernes, 25 de diciembre de 2009

Don Juan en la Frontera del Espíritu, de J.J. Díez



Argumento:

Juan Valera se va con su sobrino a América para ejercer de Embajador de España en Estados Unidos, en una época complicada, coincidente con nuevas revueltas que amenazan la colonia. Al tiempo, entablará una relación amorosa tardía y desgraciada con Kate Bayard, hija del Secretario de Estado estadounidense.

Comentario:

Confieso que aunque ya conocía los primeros capítulos de esta obra a través de su versión ebook, y sabía que, al menos, estaba bien escrita, me enfrenté a su lectura con cierto recelo, que se disolvió conforme avanzaba en la historia.

El tema de la obra es la estancia de Juan Valera (el escritor, autor de Juanita La Larga, o Pepita Jiménez, entre otras), en Estados Unidos, en calidad de embajador. La novela se inicia con su llegada, y termina con su regreso a España, tras varias tragedias. Reconozco, que aunque he leído dos o tres novelas de este escritor desconocía su faceta política y diplomática, así como su romance con Kate Bayard, hija del Secretario de Estado del presidente Cleveland. Aparte de esta trama principal, hay algunas subtramas que la enriquecen (romances de otros personajes, las revueltas cubanas, manipulación de los diarios americanos a favor de la causa independentista de la isla de Cuba, espionaje, movimientos diplomáticos, etc, etc.). La época histórica reflejada es la que ocupa los años 1884-1886, aunque no se explicita. La mayor parte de la narración transcurre en Estados Unidos y Cuba.

Lo primero que sorprende de esta novela es lo exquisitamente bien escrita que está, y, en segundo lugar, la también muy lograda ambientación histórica, donde se hacen menciones a la moda espiritualista (Blavatksy y similares), a los masones (tan de moda hoy en día por las novelas de aventuras esotéricas), a literatos de la época... El autor afirma en la reseña que muchos de los diálogos de los personajes o comentarios suyos están sacados de documentos auténticos de Valera (cartas, etc). He leido muchas novelas ambientadas en el siglo XIX, pero escritas por un autor contemporáneo, donde se notaba claramente el estilo actual. Esta, en cambio, parece escrita en la misma época, por el estilo moroso, elegante, sin vulgaridades de tono y contenido (incluso cuando describe sexo), romántico, en el sentido más extenso de la palabra, la no necesidad de incluir un "misterio" o intriga que "enganche" al lector... Es decir, es una novela mainstream al más puro estilo decimonónico, una novela de personajes, que son los que sostienen toda la historia.

La no existencia de ese "misterio" tan al uso en la actualidad, y este deliberado pero bien conseguido "anacronismo" estilístico, es el mayor handicap para la obra, a efectos comerciales (lectores acostumbrados a que les "modernicen" a gentes de otras épocas para "empatizar" con ellos), pero se lee bien, y con interés en la mayor parte de su extensión. Hay escenas muy logradas como ambientación, como el viaje en tren y el encuentro con los indios, que tienen el sabor de las viejas novelas de aventuras, aunque esta no lo sea. También hay alguna escena de acción y espionaje, relacionadas con la trama cubana, donde conoceremos aspectos de nuestra historia de los que se habla más bien poco (los movimientos indepentendistas americanos y sus líderes).

Si algo podría reprocharle, y esto es una observación meramente subjetiva, es que me da la impresión de que la obra resulta algo fría de tan pulcra y contenida, incluso en escenas que, por su contenido, son de alta tensión dramática. La impresión general que deja el libro es buena.

Aqui va la obra en versión webnovela. En ella podemos ver fotografías de los protagonistas y de los escenarios históricos de la trama, documentos, cartas o escuchar archivos sonoros con la voz de algunos personajes y música de la época. Es navegable y gratis. Si a alguien le cansa leer en pantalla puede comprar el libro en papel a 11 euros aquí.


Un pequeño fragmento:
Terminó la parada; cuando llegó el coche a la explanada reservada a las personalidades, don Juan se dirigió a la tribuna y Juanito a mezclarse con la multitud. El obelisco lo dominaba todo. A pocos metros del monumento, se levantaba un estrado cubierto, adornado con guirnaldas y banderas, destinado al presidente de la nación y al cuerpo diplomático. Marchas patrióticas atronaban el aire. El himno americano anunció la entrada de Cleveland.

Jessop, en su discurso, trazó un recorrido por los cuarenta años que había durado la construcción del obelisco, hizo una semblanza patriótica de Washington, después, un elogio de la masonería. Para acabar, leyó una oración dirigida al Arquitecto Universal. Ostentaba el Gran Maestro una estampa marmórea. Le rodeaban tres jerarcas de la logia de Columbia; cada uno sostenía en sus manos el libro, el compás y el delantal que pertenecieron a Washington. Cuando terminó de hablar Jessop, Cleveland declaró inaugurado el monumento. Desfilaron las quince logias de la capital y una representación de todas las de América. Cerraban la marcha los Socios Raros, los del Fénix, los caballeros de Pythias, los Hombres Rojos, los de la perfección de Mitra.

El sol había sobrepasado la punta del obelisco y se dirigía de vuelta hacia occidente. Juanito, confundido entre el gentío, divisó a Victoria, a la que Roustan, con el uniforme pomposo de la diplomacia francesa, ayudaba a descender por la escalerilla de la tribuna. Llevaba el vestido rosa pálido que a él le gustaba. Tenía la mirada lejana y aburrida de las jóvenes que asisten a ceremonias en las que deben mantenerse quietas y oír discursos. Juanito intentaba que los ojos de Victoria se cruzaran con los suyos, pero ella los dirigía a la barandilla de madera, o, un poco de reojo, hacia atrás, a donde estaba Roustan. Poco después, derramaba la vista por la zona en la que se encontraba el agregado con la digna inexpresividad de la mujer que se siente observada: los pómulos un poco afilados, los labios prietos. Cuando bajó del estrado, Juanito la vio sonreír mirando en su dirección: desapareció la máscara oficial, brotaron el reconocimiento y la simpatía. Era en su dirección, sí, pero no estaba seguro de ser él el destinatario de la ruptura luminosa de su rostro. No era él. El joven cubano se acercaba, la saludaba. Llevaba un delantal con la bandera de Yara: franjas azules y blancas, triángulo masónico rojo, dentro, la estrella solitaria

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sábado, 12 de diciembre de 2009

Ladrón de espadas, de León Asuero

Ladrón de Espadas
León Asuero
Aladena Editorial
403 páginas



Argumento:


O es un ladrón de guante blanco, especializado en espadas, que roba y luego devuelve, tras recibir el rescate. Su nuevo plan, tras el robo de la espada de un lugarteniente de Nelson, tiene como escenario la ciudad de Sevilla, donde contará con varios aliados, como la desnortada Rebeca o el africano David, y donde tendrá que vérselas con un siniestro ruso, un ingenuo inspector de Scotland Yard y una policía sevillana "bien plantá".


Comentario:

Tras "Las congregadas del Vaso", Miguel Angel León Asuero nos presenta una novela muy diferente, sobre todo en temática, aunque se aprecian algunas similitudes, como el tono costumbrista o local, el humor, las situaciones surrealistas.

Aunque resultaría difícil encuadrar la novela en un género concreto, podría decirse que se trata de un thriller con toques románticos, y sobre todo, reinvindicativos. El personaje principal, no solo roba espadas, sino que lo hace con la intención de criticar las guerras de todas las épocas y lugares. Al efecto, hay amplias digresiones acerca de las espadas, sus portadores y ciertas circunstancias en las que tuvieron protagonismo. Se observa una gran documentación en este aspecto, aunque algunas explicaciones históricas son algo largas y sobrecargan un poco.

También hay una trama de romance, un poco extraña, pues se inicia de un modo, digamos, unilateral: el protagonista pretende sacar del taedium vitae a una mujer que conoce en el psicólogo, involucrándola e la aventura. Personalmente, no me ha parecido muy realista esta situación, ya que ella acepta con demasiada facilidad el reto, y las diferentes propuestas del ladrón, quien, por otro lado, la está metiendo en un delito grave. De todas formas, resulta original, y también el desarrollo de tal "colaboración".

En el aspecto formal, es una obra menos arriesgada que "Las congregadas..."; posee una estructura más lineal, aunque coinciden en el narrador en primera persona (en este caso el protagonista). A mí modo de ver, hay algún fallo de perspectiva pues el narrador describe hechos que no pudo conocer, así que como pensamientos y sentimientos de personajes ajenos a los que tampoco pudo acceder, conversaciones entre dos personajes en un lugar donde él no estaba presente... Curiosamente, también en la anterior novela del autor veíamos esta característica que convierte a un narrador-personaje en primera persona en narrador omnisciente.

Esta es una novela mucho más "comercial", sin traicionar el estilo propio del autor, bastante marcado y reconocible. Hay varias escenas interesantes, como la descripción en travelling cinematográfico del inicio de uno de los robos; abundantísimas referencias a coplas populares, y citas de canciones, de Sinatra, los Beatles, etc; deformaciones jocosas de nombres extranjeros ("Cherlojolmes"), y otros recursos que acentúan un cierto aire a película de acción, a veces algo paródico.

Me ha parecido que está más cuidada la ortografía, aunque la prosa me ha resultado demasiado local en ocasiones, demasiado apoyada en frases hechas y chistes, lo cual quizás tenga su explicación en el tono humorístico ya mencionado, y en un estilo narrativo cercado a la oralidad.

Lo más interesante de la obra es la reinvindicación que salpica escenas originales, a veces entre lo delirante y lo surrealista, que se ve que no buscan la verosimilitud sino más bien la sonrisa y el llegar al lector, y también recordarle la naturaleza dañina y malvada de las guerras, pese a toda la literatura heroica que se vierte sobre ella, la épica, las medallas, la exaltación de los caídos en batalla. Hay una curiosa anécdota sobre un  momumento en memoria de las mascotas caídas en el frente y varias más sobre el capitán Cockburn, Nelson, Trafalgar, Fernando III el Santo, etc, unas más interesantes que otras. El mensaje es loable; es más, es loable que un autor, en los tiempos que corren, se "moje" con un mensaje en su novela, cuando lo que se lleva es todo lo contrario, la superficialidad, etc.

El humor está presente de principio a fin, y se trasluce hasta en los nombres un poco extravagantes, y a veces simbólicos, de los personajes (Rebeca Lumen, Aparecida Vargas, "O", etc). Hablando de estos, están bastante bien caracterizados, aunque en algunas ocasiones el autor incide demasiado en sus características y repite cómo son. No puedo olvidar mencionar, a este respecto, que me parece que el narrador se define demasiadadas veces como "descarado", así literalmente, cuando deberíamos ser nosotros quienes lo juzgáramos. Dejando aparte esto, casi todos rozan la extravagancia, en el sentido novelesco del término, empezando por el narrador-protagonista "O", una especie de Robin Hood andaluz con inquietudes sociales (ONGs), su amigo, un africano inmigrante con un pasado regio, literalmente, la policía Aparecida Vargas, una de las más logradas y atractivas... Nadie podrá achacarle a M.A. León falta de originalidad a la hora de crear personajes, pues rompe tópicos y lugares comunes de la novela de género. Originalidad y compromiso podrían ser las dos palabras que resumieran esta novela de un modo más ajustado.

Lo que menos me ha gustado, aparte de lo ya comentado de la prosa, ha sido alguna incongruencia en el comportamiento del personaje ruso (que se pone en contacto con la policía para hablarles del ladrón pero luego no les dice nada, etc), alguna vacilación formal en la forma de narrar, con excesivamente largas digresiones; casualidades demasiado casuales (Goofy)...

Y lo que más, la ingeniosa resolución del desenlace, con mucha acción además, y el deseo del autor de desmarcarse de los caminos trillados y estereotipados, de ser fiel a sí mismo y a su filosofía; la coherencia del mundo reinventado y el mensaje.
Algunos fragmentos de la obra:

"Aparecida Vargas era un espécimen femenino digno del más detenido estudio. Una mujer bien plantá, y bien dotá, potentona, casi camionera, rubia de bote, cintura inquieta, marca de la varicela en el puente de una nariz mejor puesta que la aceituna de un martine, cicatriz escarificada de una vacuna en el brazo inquierdo, pendientes de coral, y de coral también los labios. Si Julio Romero de Torres la hubiera conocido, habría cambiado de registro para sus insinuantes modelos, igual que los maestros Quintero, León y Quiroga le habrían escrito la copla de las coplas si la hubieran tenido ante sí. Aparecida era eso, una aparición de mujer. Y no es que fuera excesivamente guapa, ni tenía una figura esbelta, ni nada de eso. Estaba "güenorra". Y lo sabía. Y lo aprovechaba. Era Carmen "La Cigarrera" con tanga, era la Chiquita  Piconera teñida de rubio y con tatuaje en el omóplato, era lo que no hay en los escritos."

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viernes, 11 de diciembre de 2009

El Símbolo Perdido, de Dan Brown


El símbolo perdido
The Lost Symbol
Dan Brown
Traducción de Claudia Conde, M.a José Díez y Aleix Montoto
Editorial Planeta
590 páginas

Argumento:

Langdon es invitado por su antiguo mentor a Washington para que dé una conferencia, pero a su llegada al lugar donde supuestamente iba a haber millones de personas ansiosas de contemplar al interesante profesor de la chaqueta de tweed y el reloj de Mickey Mouse, solo encuentra una mano cortada. Maldición, es la del mentor y tiene simbolines... Ya saben lo que sigue...

Comentario:

A diferencia de los dos libros anteriores que he leido del autor (El Código da Vinci y Ángeles y Demonios), este me ha dejado completamente fría. Los otros podían causar irritación o hilaridad (en el caso de Ángeles y Demonios esta era la sensación más evidente), pero El Símbolo Perdido, siendo más correcto en lo formal y conteniendo menos escenas ridículas (aunque las tiene), no logró provocarme ninguna emoción ni positiva ni negativa.

La trama es muy similar a la de los libros anteriores: Langdon se ve inmerso en una carrera contra el reloj a fin de resolver un conflicto inducido por el villano de turno, que lo pone a prueba. En este caso, la acción se desarrolla en Estados Unidos, en Washington, concretamente. No sé si será por eso, porque por primera vez habla de algo que conoce (su país) por lo que todo tiene un aire más verosímil, y hasta parece que el autor se involucra más en lo que cuenta, y se muestra más admirado y casi como transido del misticismo de los símbolos de la capital de su nación. Aunque son temas bastante explotados ya, Dan Brown sí logra interesarnos acerca de esos "símbolos" presentes en lugares emblemáticos de Washington, una ciudad levantada según principios casi mágicos, por masones, poniendo al mismo nivel las obras maestras de Europa y las pinturas, esculturas y diseños arquitectónicos diseñadas por los padres de la patria norteamericana, cuya misión, supuestamente, supera la mera política nacional y trasciende a la propia Humanidad.

La acción transcurre en un solo día, con lo que se pretende dotar de ritmo a la historia de una búsqueda, quizás demasiado mecánica, demasiado encajada en una estructura rígida y demasiado canónica para despertar interés más allá del desenlace. El libro se lee fácil, debido a esta estructura prefabricada, muy efectiva, donde se intercalan partes con los protagonistas (los buenos) y con el villano, cuyo origen es muy previsible, y cuyas motivaciones no me han terminado de convencer. Resulta demasiado irreal y grotesco (tiene todo el cuerpo, hasta la cara, cubierto de tatuajes que trata de disimular con  maquillaje...). Como en otras novelas de Dan Brown, algunos enigmas son algo tontos y no requiren de una "eminencia" como el profesor Langdon para ser resueltos. Por otra parte, este personaje sin personalidad está bastante más soso que en las otras entregas, al igual que los secundarios, muchos de los cuales solo sirven para poner en evidencia lo listo que es él y lo estúpidos e incultos que son ellos.

La novela se sostiene como entretenimiento superficial pero adictivo hasta el desenlace con el "malo", pero a partir de ahí entra en peligrosos terrenos de misticismo barato, de los que ya había dado aviso a lo largo de la narración. Por un lado, tenemos las descripciones de los delirantes experimentos de la doctora acompañante de Langdon, hermana de su mentor desaparecido, a los que se tilda de "científicos" y que no dejan de ser mera pseudociencia (pesar el alma, etc, etc). En el libro se llama a esto ciencia Noética. Parece difícil de creer que se destinen tantos fondos y un laboratorio tan sofisticado como el descrito en la novela para una ciencia tan poco asentada en la realidad. Por otro lado, tenemos todo un discurso pro masónico y pro religioso, que da grima y suena a New Age. Dan Brown, hay que reconocerlo, se muestra inteligente al utilizar a Langdon como contrapunto escéptico a toda la palabrería que le sueltan otros personajes, aunque una sospecha de su adhesión a tales preceptos. Lógicamente, cada uno puede creer lo que le apetezca, pero en el contexto de la aventura narrada queda algo chirriante tanto aleccionamiento místico, y desde luego, rompe el ritmo y cambia radicalmente el tono hacia la seriedad más absoluta, en el peor sentido del término ("todo esto es verdad").

A pesar de la "ciencia" noética, yo diría que en el resto de cosas está mejor documentado que en anteriores libros, e incluso, que mete mejor la documentación y la utiliza con más inteligencia. Tiene que ser difícil urdir una trama como esta con esos datos de un lado y de otro.

En cuanto a los personajes, son bastante planos. Langdon pasa por una experiencia extrema (la más extrema que puede vivir el ser humano) y, tras ella, está exactamente igual, no ha cambiado nada, ni le ha sugerido ningún pensamiento ni nada de nada, como si hubiera visto llover. No hay cambios psicológicos ni evolución. Por otro lado, su "memoria eidética" funciona cuando le interesa al autor y se queda a "medias" cuando no le interesa.

Así pues, el final se puede considerar algo insatisfactorio, y la valoración general de la novela baja mucho tras esas líneas.

La obra no aporta muchos elementos "polémicos", parece incluso un "quedar bien" con la Iglesia y las creencias espirituales, un no mojarse en nada, y aceptarlo todo, que realmente produce el efecto de haber leído algo insustancial y que será olvidado en cuestión de días u horas. Tampoco puede decirse que la trama o el argumento sean de lo más interesante del mundo. En realidad, son solo excusas para supuestamente "enganchar" al lector, y crear un tipo de novela en la que cuenta más la "adicción", el "no poder parar", el "a ver qué pasa ahora", una anti-novela donde se consideran como trascendentes creencias aptas para todo el mundo, a la carta, lugares comunes, y atisbos de filosofía de manual de autoayuda, barnizadas por un halo de cientificidad que pretende darles valor de "hecho real".

Se puede pasar perfectamente sin leer esta historia, pero quien la lea y no exija mucho, quizás se entretenga.

Lo mejor de la novela, sin duda, es el divertidísimo comentario que puede leerse en esta web: La Realidad Estupefaciente: El chirimbolo perdido
El autor, en una caricatura


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miércoles, 2 de diciembre de 2009

El diario de tapas rojas, de Antonia Cortijos





Editorial: Amazon
8,91 €

Argumento:

Tras el fallecimiento de su madre y la aparición de un hombre buscando el diario de una familiar suya escrito en 1909, Julia Cruells se ve envuelta en una investigación que tiene sus orígenes en unos sucesos ocurridos en el año 36 d.C.

Comentario (con SPOILERS):

Tal como se dice en la contraportada, la novela se desarrolla en tres épocas cuyos acontecimientos se suponen relacionados.

En la  primera, situada en Barcino (la actual Barcelona) en el año 36 d.C., el joven Calíopo relata una historia a un grupo de personas con la esperanza de conseguir su admisión en un grupo llamado "Círculo Garum".

Quizá la elección de la forma en que se cuentan los hechos no es la más adecuada, ya que Calíopo comunica algo que a su vez le ha relatado un desconocido, Jacob, que tampoco pudo vivir todos los sucesos. Sin embargo, el joven da todo lujo detalles acerca de la vida del personaje desde antes de su nacimiento, incluídos diálogos, pensamientos y emociones de los principales protagonistas, lo que, además de ser imposible, no parece esencial para la trama.

Por una parte, los cambios que se hacen a una historia que casi todo el mundo conoce en mayor o menor detalle son bastante previsibles y poco originales, habiendo sido utilizados con ligeras variaciones en otras novelas y películas, y la forma en que afecta a quienes se transmite hace referencia mayoritariamente a la última parte de un relato que puede hacerse largo pese a la brevedad de los capítulos.

El diario de Irene Adell, situado en la primera mitad de la obra, participa de los mismos problemas que el relato de Calíopo. La narradora, Irene, se ve "obligada" a explicar quienes son algunos de los personajes de los que habla (su cuñada Marta o Pablo, el hijo de la portera...) para informar de hechos que ella conoce, dando al diario un estilo novelado en el que reproduce conversaciones entrecomilladas o un relato pormenorizado de varias vivencias de la protagonista con intención de dar un tono de tensión creciente a algunas de sus peripecias.

Al igual que en el relato de Calíopo y en el diario de Irene, también en una carta de Lucía Adell a su hija Julia Cruells, se describe una  conversación del pasado que difícilmente se podría recordar al cabo de tanto tiempo y se relatan emociones y situaciones con la finalidad de emocionar y dramatizar la obra que pueden sacrificar la credibilidad, siendo, en algunas ocasiones, pasajes innecesarios para el avance de la trama.

Y es que da la impresión de que el pormenorizado relato de Calíopo está al servicio de unos hechos, la existencia de un evolucionado "Círculo Garum" en el siglo XXI, cuya finalidad se trata de manera superficial y confusa, al igual que la decisión que toma Julia al conocer todos los hechos y la facilidad con la que confía en la bondad de estos personajes y con la que ellos aceptan sus condiciones.

En cuanto a la historia de la actualidad, la mezcla entre los conflictos personales de los protagonistas y la búsqueda de respuestas da un resultado desigual.

La parte dedicada a la investigación policial es pobre y algo confusa, incluso desordenada: es incomprensible que el el último tercio de la novela se incluya un capítulo que va hacia atrás en el tiempo, al relato de un asesinato que en un principio parecía haber sido tratado en elipsis. Además de que pueda considerarse "hacer trampa" ocultar detalles del misterio, lo que se cuenta no aporta nada nuevo a la trama.

Es curioso también que en otra escena, el interrogatorio de los policías Torralba y Matas a Irina Kamensakaia, se dedique un capítulo a la charla de los personajes sobre la visita y en el siguiente, tras una elipsis, ni siquiera se mencione lo que ha dicho o no la entrevistada.

De hecho, toda la parte de la investigación policial desaprovecha casi todas las posibilidades, desde las reacciones de Gerardo Arnal, quien, tras su primera intervención ante las exigencias de Valeriano Scacs, diluye su presencia e importancia en la obra.

Los policías apenas actúan como tales. Excepto el interrogatorio que incluye a Julia y su hijo Javier, o a un abogado, el resto se reparte entre la naciente relación entre Torralba y Cruells, la reticencia de Matas ante esta, o su inminente separación profesional.

Es en la creación de personajes, en sus sentimientos, personalidades y conflictos, donde se hace hincapié, destacando la relación de Julia con su hijo Javier, o la de ella con Juan Torralba, la amistad entre los dos policías o la situación del matrimonio de conveniencia entre Gerardo Arnal y Laura Doménech. Todas estas relaciones están desarrolladas con mayor profundidad y dedicación de lo que suele ser habitual en las novelas de género, siendo quizá la parte más destacable de la obra (pese a que, en ocasiones, los diálogos se debaten entre lo ingenioso y lo artificioso).

En resumen: Ni su mejor baza, el tratamiento de los personajes, consigue que remonte una historia convencional, que apenas presta atención a la parte de misterio e investigación y cuya estructura es algo confusa y desordenada.


*** T ***


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miércoles, 25 de noviembre de 2009

La Profecía de Aztlán, de Mario Escobar

 La Profecía de Aztlán
Mario Escobar
La Factoría de Ideas
348 páginas


Argumento:
El robo en Londres de un códice azteca del siglo XIX, pone a Hércules Fox, Alicia y Lincoln tras la pista de los terribles hombres jaguar, y de la mítica civilización de Aztlán, y los embarca en una aventura más allá del mar, en el violento territorio mexicano, sacudido por la Revolución. Paralelamente, los alemanes bombardean Londres y efectúan movimientos relacionados con la guerra, que los británicos tratan de contrarrestar.

Comentario:
Tras "Conspiración Maine", "El Mesías Ario" y "El secreto de los Assassini", Mario Escobar nos presenta una nueva aventura de sus icónicos personajes Hércules Guzmán Fox, George Lincoln y Alicia Mantorella, que, en esta ocasión, dejan la Europa en guerra para dirigirse al México revolucionario de 1915.

El libro sigue las pautas de anteriores novelas, en las que el autor mezcla los acontecimientos históricos reales con una trama de misterio, en este caso, la investigación de un robo vinculado con  cierto códice azteca que habla de una profecía. Como es de rigor, en la aventura interfieren varios bandos, con intereses opuestos, que tratan de entorpecer las labores de investigación de los protagonistas, o de adelantarse a sus movimientos. También hay alguna parte que se desarrolla en el pasado, en la época de la conquista española, pero no influye mucho en la historia.

A lo largo de las páginas de la obra aparecen junto a los tres protagonistas tanto personajes imaginarios (Sherlock Holmes, Watson), como personas reales (Churchill, Pancho Villa, Huerta, el pintor Diego Rivera, etc...), que, en esta ocasión, me parecen mejor utilizados que en el tomo anterior, excepción hecha de Holmes, al que veo desaprovechado en su breve intervención inicial. No solo eso, sino que además, en mi opinión, no es el mismo Holmes de las historias de Conan Doyle, cosa que puede descolocar un poco. Como ejemplo, decir que Holmes, en la novela, hace un comentario galante a una dama, cosa que el "real" seguramente no haría, pues era algo misógino y misántropo, según creo recordar. Era Watson el galante.

El resto de los personajes, en especial el trío protagonista, está perfilado lo justo, tal vez porque se supone que ya los conocemos de otras aventuras. Al principio, se observa un intento de dotar a Alicia de cierto conflicto emocional relacionado con su amor frustrado por Lincoln, pero el autor no incide en ello, y luego, la resolución de esta trama es muy rápida y elíptica. Más atención recibe Hércules, al que vemos algo melancólico, decaído y sumido en recuerdos de su estancia en Cuba, con alguna derivación de la trama hacia antiguos "amigos" y cuentas pendientes, útiles para enriquecer el personaje, y ofrecer una visión de la Cuba libre del dominio español, pero bajo el dominio estadounidense. En cuanto a Lincoln, lo encuentro más irascible que en otras novelas, como más radical con el tema del racismo, y más cerrado a entregarse al amor transgresor que le ofrece Alicia, y además, sin mucho criterio. Es decir, que el que más me ha gustado ha sido Hércules, por su carácter de héroe derrotado por la vida y cansado de aventuras, pero siempre audaz y valiente.

Entre los secundarios, que son numerosísimos, destacaría a Diego Rivera, que se mueve por Madrid, a guisa de espía, y traba contactos tanto con personajes relacionados con México como con intelectuales y escritores españoles (Valle Inclán). Es el que tiene más preponderancia y participación en los hechos, y el que me parece mejor descrito. También me gusta Félix y su relación con la mexicana.

La lectura del libro es rapida, quizás demasiado para mi gusto, que prefiero textos con algo más de descripción y reflexión (en este apenas hay descripciones de lugares, solo se dan las pinceladas justas para ubicarnos). Los capítulos son muy cortos, algunos de menos de una página, lo cual dota de un dinamismo y velocidad a la trama que casi no te deja ni pensar.  Yo lo leí en un día. Además, se mantiene la intriga hasta el final, con una clásica persecución entre bandos o un "a ver quién llega primero a la meta", que siempre es efectivo y está bien llevado, salvo alguna extraña casualidad, aunque el desenlace es demasiado corto. Te da la sensación de que ha sido más la tensión de llegar hasta ahí que la propia resolución del misterio y de las diferentes tramas, aunque hay un malévolo e inquietante toque en el epílogo que relaciona los hechos con un luctuoso suceso de la época y cierto reflejo en la actualidad...

A diferencia de otras obras de la misma serie, "Aztlán" contiene menos notas eruditas, y las que hay están mejor elegidas y dosificadas, lo cual contribuye también a la agilidad de la prosa, quizás demasiado sencilla, pero a fin de cuentas correcta y efectiva, concisa y con el oficio necesario para  contar la aventura sin molestos tiempos muertos. Algunos diálogos entre personajes históricos son un poco explicativos, pero, como digo, se circunscribe a este tipo de personajes. Las escenas de acción son abundantes, aunque algunas muy rápidas. Como siempre, y es un toque que se agradece y resulta necesario, al final del libro el autor explica varios detalles de la trama y de los personajes, en relación con la Historia real.

La historia tiene un cierto sabor a película western con aires indianajonescos, con la recreación del México revolucionario, los viajes en tren, e incluso en dirigible, la búsqueda de una mítica civilización, persecuciones, rituales sanguinarios revitalizados en nuestra época, tesoros, una profecía, etc... Y de fondo, el dilema americano sobre su participación o no en la guerra europea, con referencias al hundimiento del Lusitania y sus posibles razones, y aviesas maniobras políticas (tema este que ya había tocado el autor en el caso del Maine). Es decir, se trata de una novela de aventuras en toda regla, donde lo histórico, lo político o incluso lo sentimental son factores que quedan un poco en segundo plano, que meramente se apuntan, aunque en este caso se agradece que no se hable mucho de lo político, puesto que eso sobrecargaría el libro en exceso: la revolución mexicana, los intereses europeos y americanos en la zona, y el neoimperialismo son temas demasiado complejos para ser tratados en una novela de breve extensión, cuyo objetivo es narrar una aventura trepidante de cariz cinematográfico.

En resumen, aunque esto va en gustos, me ha parecido una novela más centrada, seria y efectiva que la anterior de la serie; más coherente y más ágil, y con mejor uso de los personajes, aunque el desenlace podría haber sido más extenso y detallado, que había en aquel lugar muchas cosas que contar...

Leer primer capítulo

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jueves, 19 de noviembre de 2009

Un verano en Sicilia, de Marlena de Blasi


Un verano en Sicilia
That Summer in Sicily: A Love Story
Marlena de Blasi
Traducción: Alejandra Devoto
Editorial Martínez Roca
448 páginas

Argumento:

La autora del libro, Marlena de Blasi, y su marido Fernando se encuentran durante un viaje por Sicilia con un peculiar paraje, una mansión o castillo, propiedad de una mujer llamada Tosca, donde se cobijan multitud de viudas y otros personajes. Tosca le contará su historia a la escritora, en la cual hay romances, historias mafiosas y descripciones de las costumbres locales.

Comentario:

Lo cierto es que esta obra no es una novela al uso. Mezcla la realidad y la ficción en una trama que a veces parece más un reportaje que una novela, pero no por lo que cuenta, o el argumento en sí, sino por la manera de contarlo.

El inicio, con la llegada de la escritora y su marido al castillo o villa Donnafugata, es muy largo y descriptivo. A mí, particularmente, no me se me ha hecho pesado, debido a la excelente prosa que posee la autora, y que logra, a través de vívidas y sensuales descripciones, llenas de detalles, transportarnos a ese rincón de Italia, que parece, así contado, una especie de paraíso, habitado preferentemente por mujeres, y digirido por una señora de gran fuerza, Tosca. No se escatiman descripciones de platos típicos, flores, rincones, lugares, personajes, estancias del castillo, olores, sabores, colores... Es como un cuadro de gran plasticidad, y que se sostiene bien, como digo, por la gran calidad de la narrativa.

La historia se anima cuando Tosca empieza a narrar los avatares de su vida, cómo fue llevada al castillo por el Príncipe Leo, del cual luego sería concubina, sus relaciones con la familia de Leo, los intentos de este por mejorar las condiciones de vida de los campesinos, la resistencia de la mafia a estos cambios revolucionarios, y la tragedia a la que dio lugar tal decisión. El tono es culto, con abudantes referencias a música y libros, como La Educación Sentimental. Incluso cuando describe el pueblo, donde viven los campesinos pobres usa un registro elevado, lo cual le da un toque de cierta irrealidad y demasiada mitificación de un mundo ya terminado, del campo, fiestas de alegres campesinos, etc.

El tono evocador de la novela la hace similar a un cuento de hadas o a una narración de estilo fantástico, más destacado al principio, cuando llegan los extraños a ese lugar idílico casi fuera del tiempo, sensación que se acentúa con las constantes referencias a la diosa Madre, a Démeter, a la Virgen María y al eclecticismo de las creencias de los habitantes de esa parte de Italia. Tal parece que arriban a la corte de una Reina Hada, que ha tomado bajo su égida a un montón de gente desfavorecida, a la que atiende en un hospital (para madres solteras, etc).

Si bien en el aspecto formal no se puede poner casi ningún pero (exceptuando la cantidad de palabras italianas que aparecen en el texto, que  tratan de dar "ambientación", y que están de más, puesto que los que las pronuncian son italianos), pues la resolución artística está lograda, si se puede señalar que quizás la historia es algo débil, pese al giro final. Es decir, el envoltorio está por encima del contenido, que, por cierto, ya te cuentan en extenso en la contraportada. Es eso simplemente y no hay más, en cuestión de argumento. Tampoco hay acción, y quizás los sentimientos son demasiado exacerbados y "románticos", para mi gusto.

Para lectores que disfruten con una prosa sensual y descriptiva, agradable, y tema optimista pese a las dificultades de la vida.

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sábado, 14 de noviembre de 2009

La fiesta de Orfeo, de Javier Márquez Sánchez

 La Fiesta de Orfeo
Javier Márquez Sánchez
Editorial Almuzara
384 páginas


Argumento:
El descubrimiento de todo un pueblo brutalmente asesinado en la frontera entre Inglaterra y Escocia en los años cincuenta, desencadena una investigación policial para tratar de averiguar qué ha ocurrido. Paralelamente, el famoso actor televisivo Peter Cushing es contratado por la productora Hammer Films para protagonizar una película de terror que revolucionará el género, al incorporar el color y actualizar los mitos fantásticos de los años treinta. Una misteriosa cinta de la época del cine mudo, "La fiesta del señor Orfeo", juega un papel importante en los sucesos investigados.


Comentario:

Aunque la novela adolece de algunos errores en lo estrictamente literario, consustanciales a su carácter de ópera prima del autor, también posee virtudes que la hacen grata de leer, sobre todo para cierto tipo de lectores aficionados al cine. Toda ella es una declaración de amor al séptimo arte, en su vertiente del género terrorífico y fantástico; respira cine por los cuatro costados, lo que tiene su lado bueno y su lado malo.

A mí, particularmente, lo que más me ha gustado es la parte mitómana, en especial, aquella donde aparece Peter Cushing, famoso actor británico encasillado en fantaterror, y uno de los iconos, junto con Christopher Lee, de la productora Hammer, que tantas películas de bajo presupuesto, pero gran influencia y éxito popular, diera al mundo. Lo mejor son sus primeras apariciones, donde se le presenta a él y a su mujer, Helen, que tanta importancia tendría en su vida, y a la que al parecer le unía un intenso amor. También es interesante el recuerdo a la historia de Hammer, con la mención de esos nombres tan conocidos para los aficionados, como Carreras, Asher, y el resto de la gente de la compañía, Terence Fisher, Lee (aunque, en este caso, su aparición se hace algo corta). El autor habla de la filosofía de la Hammer respecto al cine, y nos cuenta anécdotas, que no por conocidas son menos divertidas, como la de Lee y el innovador maquillaje elegido para su papel como Criatura de Frankenstein, que espantaba a los demás a la hora de comer...

Sin embargo, creo que lo que es su virtud (la mitomanía) es arma de doble filo, al menos para las personas que conocen en demasía este género, puesto que se pueden encontrar, de pronto, leyendo escenas que  recuerdan a las películas a las que se homenajea; y, a veces, queda como un cóctel de ingentes referencias demasiado obvias y a veces no bien trabadas, incluso algunas gratuitas (Kidd y Wint, de James Bond; el Duque de Richleau y "La Novia del Diablo"; "El Exorcista"; "Pánico en el Transiberiano" y Alexander Saxton; "La Profecía", con varias escenas; "La Gorgona"; "El príncipe de las Tinieblas", de Carpenter; "Wicker Man"; las películas de Roger Corman sobre el ciclo de Poe, con Vincent Price; La Calavera de Sade; y un larguísimo etc de homenajes que entorpecen la concentración en la historia. Incluso hay referencias medio literarias, medio cinematográficos, como las de "El Nombre de la Rosa". Entre los actores famosos citados, y que también aparecen como invitados especiales, Boris Karloff, representante del género en la anterior generación.

En cuanto a la trama en sí, también es un claro homenaje a las películas, no solo de Hammer, sino también de otras productoras de bajo presupuesto y al género de terror en general, algo descabellada, a veces poco lógica, y con cosas que quedan sin mucha explicación, y con todos los elementos de una clásica peli "Hammer" (duelos a espada, el malo satánico de manual...). No es de extrañar, pues, que el mcguffin de la obra sea precisamente otra película, "La Fiesta del Señor Orfeo", que remite a la época dorada de Hollywood y a su leyenda maldita.

No se puede negar que el autor ha logrado captar el espíritu de esas obras, y además, en cuanto a ambientación, todo queda bastante "inglés", con tanto Lord, Sir, profesores, doctores e inspectores de Scotland Yard.

Entre lo menos bueno, como ya mencioné, algunos detalles de la trama quedan un poco en el aire, puesto que no se explican, o las explicaciones, no resultan convincentes. Personalmente, considero que el género fantástico, pese a lo que pudiera parecer, requiere de un especial cuidado en la justificación de los hechos, de modo que no parezca que todo sucede "porque sí" o "porque le da la gana al autor". En este libro, algunas escenas parecen algo forzadas (como una en la que los protagonistas abandonan cierta sala, y ya imaginamos por qué, pero tampoco parece muy lógico que tomen esa decisión; o que encuentren determinados pasajes secretos, casi al azar; o los motivos y actuaciones de Satán en relación a la película "La Fiesta de Orfeo"; los planes de los malos; cómo escapan los protagonistas de ciertos lugares; etc, etc). También se observan algunas erratas y errores ortográficos y de puntuación; y algún diálogo explicativo que trata de poner al lector en antecedentes (en la parte de Hammer).

El personaje que se nos hace más cercano y mejor descrito es Peter Cushing, por descontado. Me ha gustado leerlo como personaje de ficción, ya que admiro mucho a este actor, tan poco valorado. Los otros cumplen su función, cada uno en su rol arquetípico y como homenaje de otros personajes paradigmáticos de la fantasía cinematográfica, sin excesiva profundización.

Si hubiera que decir, en resumen, lo que me ha parecido esta novela tendría que decir que leerla ha sido como ver una peli Hammer, tan certera ha sido la aproximación del autor a la esencia de estas obras.

Leer primer capítulo

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sábado, 7 de noviembre de 2009

Némesis, de Jo Nesbø


Némesis
Sorgenfri
Jo Nesbø
Traducción de Carmen Montes y Ada Berntsen.
RBA Libros
512 páginas


Argumento:

Al hilo de la investigación de unas imágenes captadas por la cámara de seguridad de un banco, que muestran al atracador matando a una empleada, el policía Harry Hole investiga a un sospechoso de raza gitana que está encerrado en prisión. Paralelamente, mantiene una relación de una noche con una antigua amiga llamada Anna, la cual aparece muerta al día siguiente. Él, alcohólico, no recuerda ni lo que pasó, solo que estaba borracho. Inquietantemente, él se convierte en el sospechoso.


Comentario:

Némesis es una novela negra de "manual", o si prefieren, "clásica", y que por lo tanto no defraudará a los seguidores de este género. Se nota que el autor conoce bien las técnicas para crear intriga, sabe crear una estructura de investigación más o menos creíble, con policías que también resultan convincentes, e intercalando una trama personal y humana que es la que, en el fondo, da sentido a los crímenes. Las técnicas policiales descritas parecen también bien documentadas.

El personaje de Harry Hole no es muy original. Se trata de un policía alcohólico y con una vida algo agitada, siempre en conflicto con sus compañeros policías que lo ven poco fiable por su vicio, y que ahora se ha asentado un poco con su nueva novia, Rakel, una madre soltera. Arrastra un trauma del pasado, relacionado con la muerte de una compañera policía. Más típico imposible.  Alrededor de este personaje se mueven otros algo más curiosos, como el de Beate, la mujer con memoria fotográfica, capaz de reconocer cualquier rostro que haya visto aunque fuera hace años. Y, sobre todo, cierto policía corrupto y de moral dudosa, capaz de drogar a las mujeres para abusar de ellas, y con pinta de trepador ambicioso, toda una joyita. También me ha gustado el personaje de Anna, que sale poco, pero deja su huella durante toda la historia: una mujer libre, artista, apasionada, envidiada y admirada...

Paralelo a la investigación, el autor deja caer sutilmente notas de crítica social, como es clásico en estas novelas. Así observamos, por ejemplo, que la sociedad noruega no es tan idílica como parece, y encierra todo un submundo de drogas, borrachos, suicidas, y, lo que resulta más curioso para un lector extranjero, brotes de racismo e incluso de machismo (¡En el país supuestamente más igualitario del mundo!). Estremecedores los datos sobre violaciones en aumento, y que, para colmo, quedan impunes.

La novela, como dije antes, tiene una estructura clara y clásica, y un estilo muy "americano": primeras pistas, investigación e interrogatorio a sospechosos, pistas falsas, giros, y resolución ingeniosa. Hay que reconocer que la trama es bastante compleja, o si prefieren enrevesada, por lo que conviene prestar atención a los detalles. Lo que más me ha gustado es que el asesinato no tiene que ver con asesinos múltiples ni con móviles estrafalarios, sino que se trata de algo humano, que hace más cercano el argumento, al tocar temas que desde el origen del mundo mueven a las personas como los celos, el amor, la venganza, y que son universales... El autor no se priva tampoco de hacer reflexiones sobre el hecho que da nombre a la novela, la venganza, haciendo menciones a mitos de la Antigüedad Clásica, lo que dota a la historia de un componente atemporal y con resonancias de tragedia griega.

En resumen, una novela bien pensada, bien medida en sus diferentes elementos, directa, clásica y con un sorprendente final, que puede gustar a los amantes del género negro más puro.

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sábado, 31 de octubre de 2009

Crepúsculo en Oslo, de Anne Holt

 Crepúsculo en Oslo
Det som aldri skjer
Anne Holt
Traducción: Cristina G. Baggethum
Roca Editorial
361 páginas


Argumento:

El policía Yngmar Stubø y su mujer, la que fuera profiler del FBI, Inger Johanne Vik, se enfrentan a un asesino múltiple que adorna y escenifica sus asesinatos con macabros detalles. La profiler sospecha que no se trata de un asesino común sino de alguien que conoce su pasado en el FBI y las lecciones que sobre crímenes les daba su superior Walter.

Comentario (Con spoilers sobre el final):

Lo primero que llama la atención de esta novela, nada más comenzar a leerla, es que no parece de género negro, por la forma cómo está escrita, y por la prolijidad de la autora cuando describe las eternas escenas familiares de la pareja de policías con su bebé recién nacido, y con la hija de ella, de una anterior relación. Y todo eso, pese a que se nos describe el truculento estado del cadáver de una famosa presentadora, primer crimen de una serie, y se inicia una cierta investigación por parte de Stubø y su equipo. Sin embargo, la investigación no lleva a ningún lado, ni siquiera al final de la novela.

Para lo que cuenta, la novela me ha parecido muy larga. La trama no parece tener una estructura sólida. Las investigaciones policiales van dando tumbos y, cuando descubren algo, es más por la intuición de Vik, que colabora de forma amateur, que por la perspicacia de los agente policiales. Tampoco se mantiene la intriga, ya que desde el principio sabemos que la asesina es una mujer, y dada la presentación de personajes, intuimos que no es ninguno de los sospechosos, y por lo tanto, será imposible jugar a adivinar de quién se trata. Lo único que nos queda por saber es por qué hace lo que hace. Y la explicación no resulta muy satisfactoria.

Lo cierto es que "Crepúsculo en Oslo" tiene más interés como cuadro de costumbres de Noruega (y en esto tampoco mucho), que como novela policial. La autora nos describe intrigas palaciegas en el seno de partidos políticos, a un escritor que va de rebelde, el mundo de la televisión sensacionalista y de sus periodistas, etc, etc. A veces se trata de digresiones al hilo de los sospechosos o de personas relacionadas con estos. Al leer estas cosas, no parece que la sociedad noruega esté muy alejada de las de otras naciones, aunque los personajes repitan con cierta frecuencia que esos crimenes "no parecen noruegos" o no son cometidos por noruegos (por su brutalidad).

La narración me ha parecido poco fluida, al intercalarse estas digresiones, poco útiles a la hora de hacerse una idea sobre la identidad del asesino, con las investigaciones policiales, que no logran establecer relaciones entre los difuntos, y se centran en falsas pistas que no logran convencerte,  las escenas familiares y domésticas de los policías, y también con los viajes y pensamientos de la persona que comete los crímenes, cuya identidad descubre la profiler casi por ciencia infusa al verla en televisión. No ayuda el que las escenas y diálogos se alarguen de forma demesurada en relación a su contenido. Ni tampoco la falta de tensión o emoción que convierte la obra en algo muy monónoto y sin giros y revelaciones interesantes.

Mención aparte al asesino (asesina, en este caso) y a su móvil, que me han parecido muy poco creíbles. Podría haberse sacado mucho más partido de esta asesina, una escritora de novelas policiacas que, gracias a sus conocimientos y su estupenda documentación, es capaz de crearse coartadas para despistar a la policía. Sin embargo, la personalidad de la escritora o la plasmación que de ella hace Anne Holt no logra convertirla en alguien interesante o carismático en ningún momento. Lo de matar por "aburrimiento" podría ser aceptable si se nos justificara mejor, pero dado el carácter que la autora le atribuye a su personaje, no parece que le encajen esos crímenes tan brutales y macabros a alguien que solo mata porque "no le gusta la igualitaria Noruega y esta es muy aburrida". Lo que es aburrido es este libro...

Como hecho curioso, al final los detectives no solo no logran detener a la escritora, sino que esta se jacta de su impunidad, provocando a la profiler, y dejando la puerta abierta a una continuación de sus sosas aventuras.

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viernes, 23 de octubre de 2009

Aurora Boreal, de Åsa Larsson


Solstorm (2003)
Editorial: Seix Barral
Colección: Biblioteca Formentor
300 Páginas
18,50 €

Argumento:

Viktor Strandgård, un famoso predicador, aparece muerto y mutilado en su iglesia de Kiruna (Suecia). Su hermana Sanna ha encontrado el cadáver, y se convierte en la principal sospechosa del asesinato. La joven solicita la ayuda de la abogada Rebecka Martinsson, una amiga de la adolescencia de ambos. Mientras Rebecka rememora el pasado e intenta averiguar lo sucedido, la policía Anna-Maria Mella, y sus compañeros investigan el crimen. 

Comentario:

Aunque la investigación de asesinato de Viktor Strandgård es parte de la novela, no es lo más importante. De hecho, tras un comienzo en el que parece que la protagonista va a ser la embarazadísima policía Anna-María Mella, junto a su reticente compañero Sven-Erik Stålnacke y obstaculizada por la ambición del fiscal jefe en funciones Carl von Post, pronto se deja de lado y el protagonismo se centra en Rebecka Martinsson, abogada que abandonó Kiruna años atrás y conoce a las personas que rodeaban a Viktor.

El pasado que compartieron Rebecka, Sanna, Viktor y el resto de los predicadores de la iglesia de la Fuente de Nuestra Fortaleza se relata mediante ocasionales flashbacks que forman una subtrama paralela en la que se profundiza en las relaciones ente ellos y el motivo de que la abogada abandonara tanto la iglesia como Kiruna.

En realidad hay varias tramas que se originan tras el asesinato, como el mencionado regreso de la protagonista, que conlleva el intento de reconciliarse con su pasado e implica un conocimiento privilegiado tanto del asesinado como de quienes le rodeaban, la forma en que diversas iglesias (creencias) pueden fundirse en una sola y cómo influye la fe en quienes la tienen, la manipulación que ejercen los predicadores sobre sus seguidores o la lucha interna de poder entre ellos para sustituir al carismático Viktor al frente de la iglesia.

También se trata de manera tangencial la reacción de los medios de comunicación ante el poco convencional asesinato de un personaje famoso y cómo afecta al trabajo de Rebecka en un capítulo protagonizado por Måns Wenngren, su jefe en el bufete de abogados.

En cuanto a los personajes, el desarrollo es desigual y aunque a la mayoría les ponen algunas características distintivas (el embarazo de la policía, la aparente fragilidad manipuladora de Sanna) el más complejo es Rebecka con sus problemas tanto del pasado con actuales (un jefe que amenaza despedirla, un pasado que la condiciona, la intención de no dejarse manipular por Sanna ni por el resto...)

Quizá por este protagonismo de Rebecka (personaje principal de las posteriores novelas de la autora) la subtrama de la investigación policial y la relación de Anna-María con sus compañeros de trabajo se va diluyendo y es la abogada quien visita a los padres del fallecido (él dominante, ella dominada) o a los compañeros del joven predicador: Gunnar Isaksson, Vesa Larsson y, sobre todo, Thomas Söderberg, quien tuvo especial relevancia en el pasado de la abogada.

La lectura es fluida, hay muchos diálogos, la acción avanza y el interés por conocer tanto lo que se oculta en el pasado de Rebecka Martinsson como quién ha asesinado y mutilado a Viktor se mantiene durante la mayor parte de la novela, aunque llega un momento, con la aparición de un asesino en serie loco, confesiones múltiples en grupo y violenta reacción de la protagonista, en que la historia se desmadra de forma poco verosímil (dentro del contexto de la novela) y cae en algunos tópicos del género sin dejar de ser una novela escrita más que correctamente, con momentos de profundidad y bastante entretenida.


*** T ***


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sábado, 3 de octubre de 2009

La soledad de los números primos, de Paolo Giordano

 La soledad de los número primos
La solitudine dei numeri primi
Paolo Giordano
Traducción: Juan Manuel Salmerón Arjona
Editorial Salamandra
281 páginas



Resumen:

Alice y Mattia son dos chicos un poco raros y traumatizados por diversas experiencias de infancia. La novela son cuenta su relación imposible a lo largo de varios años, desde la adolescencia hasta la edad adulta.


Comentario:

Últimamente he leido varios libros que tienen como común denominador el tema de la relación imposible entre dos seres que, a pesar de atraerse o de amarse, no pueden estar juntos por ciertas circunstancias (en especial, el paso del tiempo, que pone en su sitio las idealizaciones etc). Eso es lo que tiene en común esta novela con "La Educación Sentimental" de Flaubert, y con "El lector" de Schlinck.

Alice y Mattia, los dos jóvenes protagonistas, están condenados a atraerse, debido a su rareza e inadaptación al medio, causada no solo por los acontecimientos dramáticos que vivieron en sus respectivas infancias (que para mí son hechos importantes, pero no suficientes) sino también a sus psicologías que seguramente ya son de por sí asociales. Alice sufrió un accidente de esquí, que ensombreció la relación con su padre y le produjo una cojera; Mattia abandonó de niño a su hermana discapacitada para ir a un cumpleaños y ella nunca apareció. Este es el punto de partida de las traumaticas, deprimentes y atormentadas vidas de los protagonistas.

El autor, también joven, nos relata su relación a través de varios episodios o escenas situados en diferentes años, mediante el uso de una prosa fría, aseptica, algo sosa, sencilla y fácil de leer, con descripciones mínimas, pero que de vez en cuando se arranca con alguna imagen de calidad, que demuestra que si bien no es una obra maestra, tampoco es desdeñable, si acaso decepcionante si se esperan grandes cosas. En algunos aspectos se trata de una novela juvenil, no solo por la edad del autor y de los personajes, sino por el tratamiento de la historia, que quiza carga mucho las tintas en los traumas y dramas adolescentes, historias de escuela con ciertos tópicos (las chicas malas que la toman con la protagonista y le hacen diabluras, etc). Arranca bien, y se mantiene a duras penas, hasta el punto de que en ciertos momentos llega a aburrir un poco (al menos a mí ), pero al final flojea bastante.

Alice, inmadura y anoréxica, lleva la iniciativa en la relación, que más que amorosa podría calificarse como de amistad; Mattia es pasivo y se centra casi exclusivamente en sus estudios matemáticos; parece sufrir de incapacidad para sentir o expresar sus sentimientos. A pesar de sus rarezas y ciertas tendencias esquizoides ambos se vinculan posteriormente con otros personajes, aunque sin mucha profundidad, y con graves problemas, como es el caso de Alice con Fabio, su marido. El título del libro hace alusión a una de las materias matemáticas que estudia Mattia: los números primos gemelos, que permanecen próximos pero sin tocarse, una metáfora del mensaje de esta historia de desencuentros y de amor imposible. Señalar que, como personajes asociales y "raros", estos me han resultado mucho más creíbles que la famosa Salander.

Pero finalmente, es el tiempo, el implacable tiempo, el que destruye ese amor idealizado, justo cuando parece que puede realizarse. Los sentimientos de la adolescencia se diluyen en el paso a la edad adulta, que sin embargo, parece abrir una pequeña puerta a la esperanza.

Es un libro más breve de lo que parece a simple vista, centrado en los sentimientos, que llega a deprimir bastante por la dureza, tan real, de algunas de las situaciones planteadas (el cáncer de la madre de ella, el dolor de los padres de él por la pérdida de la hija, etc, etc), pero que en el fondo, si se analiza, tampoco nos cuenta nada nuevo.

Sobrevalorada, pero digna, eso sí. Una recuperación de cierto intimismo que parecía perdido entre tanto thriller y novela negra.


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sábado, 26 de septiembre de 2009

La hormiga que quiso ser astronauta, de Félix J. Palma


La hormiga que quiso ser astronauta, de Félix J. PalmaLa hormiga que quiso ser astronauta
Félix J. Palma
Editorial Alamut
255 páginas


Resumen:

Álex, un joven sevillano, nos narra su tránsito hacia la madurez a través de la fantasía y los amores contrariados.

Comentario:
La primera novela de Félix J. Palma (El Mapa del Tiempo) es, en todos los sentidos, una obra de juventud, para lo bueno y para lo malo. Para la bueno porque en ella el autor echa el resto en cuanto a recursos estilísticos y energía, creando una narración apasionada, como solo puede encontrarse en el texto de un autor novel que desea demostrar todo lo que lleva dentro. El tono del narrador en primera persona, el propio Álex, es eufórico, un derroche de palabras que llega a abrumar al lector, y también lo sorprende, cuando este descubre tras algunos de los párrafos y páginas de la obra homenajes a grandes obras de la literatura universal. Seguro que se me ha escapado algún homenaje, parodia o paráfrasis, pero entre las que he captado: el género picaresco, nada más empezar (se presenta el personaje al estilo del Lazarillo):

"Sepa vuestra merced, ante todo, que a mí me llaman Alejandro Alcina Fuentes..."

Lolita, de Nabokov (en la descripción que hace Álex de una de sus novias):

"Carol, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Ca-ro-li-na: la punta de mi lengua baja la escalinata de tu nombre, desde el fondo de la garganta hasta el borde de los dientes, de lado y con tacones, como una vedette de revista. Co.Ral.

Era Pecado, sencillamente Perdición, por la mañana, un metro sesenta y nueve de curva y sueño en busca de la ducha. Era una erección bajo las sábanas cuando se enfundaba los vaqueros. Era Carolina Fernández en el trabajo. Era @ cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Coral."

Proust (la famosa magdalena revive en la prosa de Félix, también como desencadenante de recuerdos de infancia)...

"Aquella alegría indescriptible provenía de la magdalena, pero la excedía en mucho, y resultaba difícil de creer que fuese de la misma naturaleza."

Es bastante probable, repito, que haya muchas más referencias (quizás Cortázar, que recuerdo haber leído por ahí: ¿será algo relacionado con la Maga?), no solo literarias, sino también cinematográficas. Como detalle curioso, en la nota del editor que se incluye al final, se menciona que hay similitudes con "El club de la lucha" y con la película "Amelie". Ciertamente, si el editor no llega a aclarar que la obra de Palma es anterior a Amelie podríamos pensar que también la homenajea (las fotografías con una misteriosa pelirroja, el fotomatón, el ansia del protagonista de convertir en fantasía su prosaica realidad, etc, etc)

Para lo malo porque ese mismo exceso y riqueza llega a saturar en algunas ocasiones, con tantas imágenes y metáforas, la mayor parte de las cuales muy originales y brillantes, pero que quizás pierdan efecto por acumulación. Eso no impide que la prosa esté a un nivel muy elevado, incluso para ser una primera novela (aunque el autor ya había publicado relatos). También dificulta la lectura la densidad de los párrafos, pero es una dificultad menor. Entre los recursos curiosos están algunas apelaciones al lector, que también se observan en El Mapa del Tiempo, de un modo más refinado y continuo.

El tema de la obra es la inmadurez y el rito de paso al mundo adulto, simbolizado a través de iconos del cine como la afición del protagonista a Star Wars (la espada láser) y del amor apasionado de la juventud, idealizado, total y absorbente; y de su pérdida; sin embargo, dada la desmesura de los delirios del protagonista me resulta un poco chirriante que todo lo que se nos cuenta sera una mera cuestión de inmadurez. Parece más bien un delirio psicótico, aunque desconozco el síndrome al que se alude al final del libro como explicación (en la nota del editor). Simplemente, me parece algo inverosímil tal desdoblamiento y su autoengaño respecto a la realidad que lo rodea, que transforma (a una amante en un ángel, literalmente, por ejemplo; hasta conserva una pluma de recuerdo)

El ritmo, dado que es un libro más formal que narrativo, es algo lento, sobre todo al principio, cuando el narrador nos cuenta sus experiencias con diversas mujeres, a las que idealiza como un ángel, una sirena, etc, y con su amigo Javi. Las descripciones son surrealistas y simbólicas, como se descubre más adelante. A partir de la conversación con Carol, una de las novias, que le pide que crezca y madure, el libro da un giro radical, pues nos hace ver que lo que hemos leído hasta ahora no es lo que parece. Tal vez sea necesario explicar lo que ha sucedido a través de una interpretación racional de los hechos fantásticos o fantasiosos, mejor dicho, pero a mí como lectora, me ha parecido un recurso fácil, aunque efectivo. A partir de ese punto de inflexión hacia el final, el libro adquiere velocidad, y vamos reinterpretando lo sucedido (y la importancia de ciertos personajes y su verdadera naturaleza) bajo nuevas claves, que incluso devienen en metaliteratura (una constante en Palma) con la figura del pizzero espía.

La novela demuestra todo el potencial de un autor de excelente pluma y mucha lectura clásica en su haber, llamado a grandes cosas, a pesar de algunos defectos que atesora, como la irregularidad y el exceso.


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viernes, 18 de septiembre de 2009

Despertar, de L.J. Smith


T.O.: Vampire Diaries. The Awakening, 1991
Editorial Planeta - Destino Infantil y Juvenil
Traducción: Gemma Gallart
252 páginas
14,95 €


Argumento:



A su regreso al instituto, Elena Gilbert se reúne con sus amigas Bonnie y Meredith y conoce al nuevo y misterioso alumno Stefan Salvatore, a quien decide conquistar sin saber que oculta algunos secretos, entre ellos un hermano llamado Damon.



Comentario (con Spoilers):



Es prácticamente imposible pasar por alto las similitudes entre esta saga y otras que tratan temas similares (vampiros más o menos atormentados y su relación con humanos), desde las superficiales como traducir el título original de la serie, "Vampire Diaries" por "Crónicas vampíricas", lo que puede ocasionar confusión con las (más "adultas") novelas de Anne Rice, hasta el diseño de la cubierta, que recuerda a las de la saga "Crepúsculo" de Stephenie Meyer (la de Smith es de 1991, mientras la de Meyer se publica en 2005).



Al leer la novela, las similitudes con la obra de Meyer son más acentuadas. Si en "Crepúsculo" es la supuestamente anodina Bella la recien llegada al instituto de una ciudad pequeña, donde se encuentra con Edward y su familia de vampiros, en "Despertar" Elena es la muchacha más popular del instituto y Stefan el vampiro guaperas que llega en busca tranquilidad y pronto es "cortejado" por varias jóvenes pese a su comportamiento esquivo y distante.



Stefan, como los Cullen, sólo se alimenta de animales, a no ser le domine el hambre, siendo capaz de atacar a un sin techo a quien, por supuesto, no mata, aunque no es capaz de recordar si es el asaltante de Vickie Bennett en una iglesia, y está en lucha contínua con su naturaleza, que le impulsa a cometer actos que no desea.



La novela es una mezcla de romance y terror, en la que los protagonistas se enamoran en cuanto se ven (él se siente atraído por el parecido físico de Elena con Katherine, la joven que le convirtió en lo que es, aunque también por la personalidad que percibe al conectar con su mente), dedicando buena parte del texto a los intentos de Elena de conquistar a Stefan y los de él de destruir un sentimiento que puede dañar a la muchacha, mientras ambos reflexionan sobre estos sentimientos: ella en un diario y con sus amigas, él recordando su frustrado y dramático amor por Katherine.



La parte dedicada al misterio y terror se centra en la descripción de varios ataques, sobre todo a estudiantes y profesores del instituto, en lugares clásicos, como cementerios e iglesias, a la recién descubierta capacidad de Bonnie para ver hechos futuros y a la aparición del malvado Damon, un vampiro que no tiene reparos en matar humanos y lleva siglos tratando de vengarse de su hermano por lo ocurrido con la frágil Katherine, dando lugar a un enfrentamento clásico entre el bien y el mal.



La novela está escrita con sencillez y relata los hechos estrictamente necesarios para la comprensión del pasado de Stefan y Damon, para centrarse enseguida en un amor instantáneo e incondicional cuya existencia envolverá, y enfrentará, a los tres personajes principales, los únicos un poco desarrollados, ya que los secundarios tienen como única finalidad apoyar la trama principal. 



Meredith y Bonnie ejercen de amigas consejeras de Elena, aunque los supuestos poderes druídicos de la segunda apenas se muestran, excepto para propósitos románticos. Matt es el ex novio deportista y buenazo de Elena. La tía Judith y su prometido Robert están ahí para que Elena y su hermanita Margaret  tengan alguien con quien vivir tras quedarse huérfanas. Caroline  es la competidora de la protagonista por los encantos del galán. Y los profesores y compañeros del instituto, como Tyler y Vickie, son víctimas potenciales.



Quizá por su relativa brevedad, y por ser parte de una tetralogía (que va a continuar en una nueva trilogia tras ponerse de moda el género y el estreno de una serie basada en la saga, cuyo primer capítulo, recién estrenado, no se parece demasiado al texto original), la novela no profundiza en ningún tema y deja un final abierto para "obligar" a leer el segundo tomo, "Conflicto".



En resumen, una historia más romántica que otra cosa (misterio, terror), fácil de leer, algo superficial y entretenida.



Stefan, Elena y Damon
            Stefan (Paul Wesley), Elena (Nina Dobrey), Damon (Ian Somerhalder)



Las novelas

1- Despertar
2- Conflicto
3- Furia
4- Invocación


Stefan y Damon
                              Stefan (Paul Wesley) y Damon (Ian Somerhalder)



Vampire Diaries
                                    Foto promocional de Vampire Diaries



*** T ***


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viernes, 4 de septiembre de 2009

El violín del diablo, de Joseph Gelinek


Editorial: Plaza & Janés, 2009
410 páginas
18,90 €

Argumento:

La concertista de violín Ane Larrazábal aparece estrangulada en el Auditorio Nacional de Madrid tras interpretar el Capriccio nº 24 de Paganini. Además, su violín, un Stradivarius, ha desaparecido. El policía Raúl Perdomo, es el encargado de investigar el asesinato.

Comentario:

Con sólo leer unos cuantos capítulos de esta novela, quien haya leído la anterior obra del autor, "La décima sinfonía", puede notar la similitud entre ambas, tanto en estructura como en argumento.

En cuanto a la estructura, aunque la anterior comenzaba con un hecho ocurrido varios años antes del suceso principal y "El violín..." comienza la misma noche del asesinato, el resto es muy similar: alternancia de protagonismo en los diferentes capítulos (aquí menos marcada) y un par de capítulos, en la última parte de la historia, donde se presenta al músico (de Beethoven se pasa a Paganini) en su propia realidad sin que, en este caso, aporte gran cosa a la trama.

El argumento se centra en ambos casos en el asesinato de una persona relacionada con la música, curiosamente ambas con el fragmento de una partitura marcado en su piel, y un misterio relacionado con un conocido compositor, lo que da lugar a una especie de Déjà Vu en el que, si bien en un principio parece que se está releyendo la primera novela, pronto se perciben diferencias entre ambas.

Aunque en las dos obras se alterna el protagonismo de los breves capítulos, en "El violín del diablo", tal alternancia es mínima y se centra en pocos y apenas interesantes personajes (entre lo mejor la poco aprovechada relación entre el policía y su hijo estudiante de violín, tan prometedora en el capítulo, uno de los más interesantes, en que asisten al concierto) , quienes ni siquiera aportan información relevante para el avance de la historia. Como mucho la indecisión del policía entre dos mujeres, quizá para crear sospechas sobre una o ambas. O el demasiado obvio capítulo en el que uno de los personajes realiza una visita a otro, con un comportamiento tan carente de lógica y credibilidad que le señala como principal sospechoso.

Además el autor prefiere concentrarse en las anécdotas musicales (interesantes, breves y bien metidas en las conversaciones, pero casi todas, excepto la de Jacqueline Du Pré y poco más, irrelevantes para la trama), lo que acaba perjudicando la parte de intriga, en la que, al contrario que en "La Décima Sinfonía", apenas se dan pistas para la resolución de un misterio perjudicado por la inclusión de una subtrama "sobrenatural" que parece forzada, o al menos mal resuelta, sobre todo la referente a una experiencias pasada de la psicóloga y vidente, relacionada con Paganini, o los ataques de un enorme perro, que no se "explican" de manera convincente.

Hay pasajes largos, como el capítulo dedicado a la identificación del perfume que percibe la vidente durante una visión, que parecen más de adorno, o quizá homenaje a la novela "El perfume", de Patrick Süskind, que escenas de importancia en la investigación de un crimen que se resuelve de forma un tanto convencional, previsible (hay pocos personajes y menos sospechosos) y cruenta.

La prosa, aunque algo explicativa y repetitiva es correcta (pese a que algunas erratas, guiones de diálogo que faltan, etc..., dificultan en ocasiones la lectura), si bien se echan de menos las breves pinceladas de humor que había en la novela precedente.

En resumen, una novela irregular y poco trabajada, que sólo entretiene a ratos.


Otras novelas de Gelinek reseñadas en este blog

-La décima sinfonía (2008)
- Morir a los 27 (2011)


*** T ***


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